viernes, 6 de octubre de 2017

Tiroteo en las vegas revela atentado de falsa bandera


LAS FALSAS BANDERAS YA NO SON LO QUE ERAN. AHORA PUEDES ESTAR EN LA LÍNEA DE FUEGO Y TRASTEAR CON EL MÓVIL….

“Tuvimos que matar a civiles, a gente inocente, a personas desconocidas, muy alejadas de cualquier adscripción política. La razón era bastante simple: forzar a la gente a recurrir al Estado para obtener una mayor seguridad”
(Vincenzo Vinciguerra, terrorista italiano de extrema derecha, integrante de la Red Gladio creada por la CIA y la OTAN)

Una de las narrativas oficiales más delirantes de algunas falsas banderas, cuando se perpetra una matanza masiva como la ocurrida hace dos días en Las Vegas (ciudad conocida por ser un prostíbulo del juego, la mafia y donde un ingente número de ludópatas son desplumados a diario), es la fabricación de un solo personaje como autor de la muerte de decenas de personas en una suerte de frío y certero asesino que ejecuta su acción en tiempo récord y con una habilidad extraordinaria. Cabe recordar, años atrás, a Lars Breivik en Noruega, quién el “sólo” nos dijo la propaganda hegemónica de entonces, mató a casi 90 personas en la isla noruega de Utoya o, sin ir más lejos, el más reciente de Orlando, Florida, también en EEUU donde otro “perturbado” la lió en un local gay de la ciudad.
Es verdaderamente impresionante como al que acusan de ser el supuesto autor del tiroteo en un festival celebrado al aire libre celebrado en Las Vegas, un tal Stephen Paddock, “anciano” jubilado de 64 años, de aspecto físico endeble, pudo matar a cerca de sesenta personas, de noche, desde lo alto de un edificio, a velocidad de vértigo y con una puntería infalible sin que se sepa que poseyese preparación militar previa alguna. Otro “lobo solitario”, nos dicen que, sin duda, fue utilizado como tonto útil para encubrir las huellas del crimen de otra nueva falsa bandera, esta vez parece ser que sin los aditivos islamistas ya conocidos, los cuáles han sido sustituidos por una descripción más bien pedestre del autor del tiroteo: estamos ante un presumible perturbado mental adicto al juego y forrado de dólares. Tal fantasía novelada es necesaria para adormecer el pensamiento crítico.
Pero las grietas en todas las falsas banderas comienzan a aparecer con el relato oficial:
  • Se habla de que una individua no identificada, presuntamente, advirtió cuarenta y cinco minutos antes del tiroteo a algunas personas que estaban en el concierto de que “iban a morir”. Cabe la posibilidad de que tuviese conocimiento previo del evento o bien podría tratarse de una “actriz de crisis” contratada para la falsa bandera. Una joven de 21 años asistente al concierto dijo a la prensa local: “Ella (la no identificada) había estado burlándose de una señora y le dijo que iba a morir, que todos íbamos a morir”. Como es lógico, en tal contexto lúdico nadie le hizo ni caso.
  • Testigos reportan, igualmente, la presencia de múltiples atacantes lo que indicaría una planificación y coordinación previa entre un grupo de individuos que intentaron llevar a cabo el tiroteo. ¿Había tiradores adicionales? Un taxista capturó mediante video como un arma automática era disparada desde una ventana de un piso inferior, lo que parece confirmar que los disparos automáticos provenían de un piso mucho más bajo que la habitación del piso 32 en la que estaba Stephen Paddock. En un video se puede oír claramente más de un disparo de arma y ver los destellos desde el cuarto piso del hotel Mandalay Bay.
  • Las autoridades policiales parece ser que estuvieron discutiendo acerca de la posibilidad de que hubiera otro “otro sospechoso en la cuarta planta” del hotel. Sin embargo, los medios no han hablado acerca de ello.
  • Al presunto atacante se le intervino un equipo completo de armas automáticas (dicen que “modificadas” previamente), un verdadero arsenal. No se ha cuestionado que ese arsenal es casi inalcanzable de adquirir por un ciudadano común ya que se requiere de una documentación extensa, una minuciosa verficación de antecedentes y largos períodos de espera además del elevado coste de las armas (más de 25.000 dólares la unidad), aunque la coartada de Paddock como adinerado podría “servir”. Las armas automáticas, en esa cantidad, son comúnmente propiedad de oficiales de policía, funcionarios federales y organizaciones militares.
  • Innumerables informes de testigos que estaban en la escena del crimen revelaron que prácticamente todas las salidas del lugar del concierto estaban obstruidas. Un testigo detalló el escenario como si se estuviera “atrapado en un laberinto” con muchos “callejones sin salida”. ¿Por qué se bloquearon prácticamente todas las salidas? El lugar del concierto fue creado para ser una encerrona, una zona de muerte que posibilitó que hubiera tantos fallecidos y heridos. Es evidente que este recuento de víctimas tan increíblemente alto no habría sido probable si la gente hubiera tenido libre acceso para huir del lugar del concierto.
  • Una vez que comenzó el tiroteo las luces del escenario fueron dirigidas a la multitud, iluminando a la audiencia y haciéndolos un objetivo mucho más fácil para el tirador o tiradores. ¿Estaba planeado?
  • ¿Por qué el atacante tenía hasta 10 armas de fuego en su habitación incluidos varios rifles si él era el único tirador, solitario, que hubo de realizar, además, el esfuerzo de llevar varias armas pesadas a una habitación de un hotel sin levantar sospechas? ¿Nadie se dio cuenta en el hotel de tan cantosa circunstancia? ¿Y de las cámaras que, dicen, instaló en la habitación del hotel? ¿No se enteró tampoco la señora de la limpieza? Todo, todito apesta a pruebas plantadas.
  • ¿Cómo alguien “sin antecedentes de haber pertenecido a alguna organización militar” y que no era un aficionado a las armas pudo poseer tantas y tan sofisticadas? El hermano de Paddock, de nombre Erick, familiar de primera mano, señaló que Stephen no era aficionado a las armas como están propagando los medios falsificadores“Era sólo un tipo que vivía en Las Vegas, jugaba en el casino e iba a cruceros”, sentencia Erick.
  • Poner en práctica el uso del armamento “encontrado” en el hotel requiere de una amplia formación, experiencia y resistencia física, requisitos que no cumplía alguien como Stephen Paddock, sobre todo para ejecutar la matanza de la manera tan sostenida y eficaz como la que nos han contado, especialmente cuando se dispara desde una posición elevada (un piso situado en la altura 32). Paddock, hay que volver a señalarlo, era un contable jubilado de edad avanzada (para el manejo de armas sofisticadas) aficionado al juego y con un físico más bien débil. La única manera en que pudo haber llevado a cabo este tiroteo, dicen las malas lenguas, es habiéndose autotransformado en un “navy seal” a través de una varita mágica.
  • El atacante Paddock había ganado millones de dólares “a través de inversiones en bienes raíces”. Si él era tan rico, ¿por qué de repente se hizo con un arsenal de armas para disparar a matar a gente en un concierto público y luego provocar su suicidio? Ah sí, que dicen que tenía antecedentes familiares de esquizofrenia…etc. etc. El historial de Paddock ya se sabía prácticamente antes de que sonara el primer disparo. Y, vaya, que los muertos no hablan….Mala suerte.
El tiroteo de Las Vegas es el último de una larga línea de ataques de falsa bandera destinados a infundir miedo en la ciudadanía para convencerlos de que hay una necesidad inmediata de un control estricto de armas y la necesidad de implementar más y más medidas de seguridad. Jon Rappoport, periodista independiente, ha dicho algo con mucho sentido común, a propósito de esta nueva charada de los globalistas. Que el control de armas, tan presente siempre en EEUU, no sería la única agenda de esta falsa bandera, sino reforzar a una policía ya de por sí fuertemente militarizada e invocar el lógico miedo y pasividad en la población de modo que la gente diga algo así como “Dejen que las autoridades manejen todo”. Incluso nuestras vidas.
Los planificadores de la matanza de Las Vegas han hecho un alto en el camino “islamista” (salvo “sorpresa” de última hora) para buscar acomodo en el terrorismo doméstico utilizando otros fines de tinte local, pero con el mismo sustrato ideológico de Gladio. Tal vez lo ocurrido en Las Vegas se trate de una Black Op conducida por la CIA en estrecha cooperación con el FBI para ir avanzando en las dinámicas del miedo global antes señaladas.
Se ha logrado el resultado deseado. Un tirador, asesinatos en masa. Fin de la historia. Objetivo alcanzado, señala Rappoport.

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