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miércoles, 16 de octubre de 2019

Atom, mon amour — Francia y la energía atómica



Ningún país aprecia tanto su energía atómica como Francia, donde prácticamente pertenece a la identidad nacional. Las centrales nucleares son responsables de tres cuartas partes de la energía que se produce en el país galo. De ahí que las críticas sobre sus posibles riesgos no sean allá bienvenidas. Jean-Paul Simon, agricultor de Cirfontaines-en-Azois, fue llevado a juicio por poner su maquinaria a disposición de detractores de la energía atómica. Su tractor fue confiscado durante 16 meses. Ni siquiera en Fessenheim, en la frontera con Alemania, hay escepticismo con respecto a la energía atómica, a pesar de albergar la central nuclear más antigua del país, que regularmente genera titulares negativos. Ninguna otra planta ha experimentado tantos incidentes como ésta. Y aun así, esta localidad apenas está preparada para reaccionar ante un posible accidente. Sólo las pastillas de yodo que se venden en las farmacias y una maleta de emergencia en una escuela infantil que podría pertenecer a un tiempo pasado. ¿Por qué piensan así los franceses? Los autores del reportaje emprenden un viaje a través de este país, visitando a partidarios y críticos de la energía atómica. Así descubren que los niños en Francia crecen entusiasmados por la energía nuclear. Incluso algunas centrales organizan actividades infantiles como talleres de fabricación de velas a la sombra de las torres de refrigeración. ----------------------------------------------------------- DW Documental le brinda información más allá de los titulares. Maravíllese con los mejores documentales de canales alemanes y empresas productoras internacionales. Conozca personas enigmáticas, viaje a territorios lejanos y entienda las complejidades de la vida moderna, siempre cerca de eventos globales y asuntos de actualidad. Suscríbase a DW Documental y descubra cada lunes, miércoles y viernes el mundo que le rodea. Suscríbase a DW Documental: https://www.youtube.com/dwdocumental Nuestros otros canales de YouTube: DW Documentary (en inglés): https://www.youtube.com/dwdocumentary DW Documentary وثائقية دي دبليو: (en árabe): https://www.youtube.com/dwdocarabia

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martes, 20 de agosto de 2019

¡¡¡ REVOLUCIÓN FRANCESA, ESTAFA PERFECTAMENTE PLANEADA !!!



Aunque nos enseñan que la Revolución Francesa surgió del pueblo, la realidad es que fue una estafa perfectamente planeada, con una agenda a seguir, perfectamente marcada. Muy parecida a las revoluciones de colores que hemos vivido en años pasados.


lunes, 1 de julio de 2019

Los 'chalecos amarillos' protestan por 33ª semana consecutiva en París



El movimiento 'Chalecos amarillos' sale a las calles de París por 33ª semana consecutiva para manifestarse contra las políticas del Gobierno francés. Más información en: https://sptnkne.ws/mM9J


jueves, 2 de mayo de 2019

'Chalecos amarillos' protestan en este Primero de Mayo



Los chalecos amarillos han vuelto a movilizarse en las calles de las principales ciudades de Francia a pesar de no ser sábado con motivo de la celebración del 1 de mayo. En el Día de los Trabajadores, las reivincidaciones se han concentrado en el rechazo a las políticas laborales y sociales del presidente Macron.


domingo, 21 de abril de 2019

Los 'chalecos amarillos' salen a las calles de París en la 23.ª semana de protestas


Unas 9.000 personas han marchado por el centro de París este sábado en la 23.ª semana de manifestaciones de los 'chalecos amarillos'. La masiva protesta ha desembocado en enfrentamientos con las fuerzas del orden público, que dispersaron gas lacrimógeno contra los manifestantes.
Por el momento se efectuaron 227 detenciones y 20.518 controles preventivos. Se han reportado varios heridos, así como vehículos y contenedores de basura quemados.
Por todo el país esta jornada protestaron unas 27.900 personas, según cálculos del Ministerio del Interior. El sábado de la semana pasada a las calles salieron 31.100 personas, 5.000 de ellos en París, de acuerdo con estimaciones gubernamentales.


lunes, 11 de febrero de 2019

13.ª protesta de 'chalecos amarillos'

Choques entre 'chalecos amarillos' y la Policía 

Los manifestantes del movimiento 'chalecos amarillos' encadenan ya 13 semanas seguidas de protestas masivas desde que salieron a la calle por primera vez el 17 de noviembre del año pasado, extendiéndose su grito a otros países de la UE.


Uno de los manifestantes del movimiento 'chalecos amarillos' ha perdido la mano este sábado, presuntamente por el estallido de una granada, durante las manifestaciones en París. Según una fuente policial, citada por medios locales, esta persona (que no llevaba chaleco amarillo) recogió una granada lacrimógena para relanzársela a la Policía, pero detonó cuando la sostenía. Por su parte, un testigo relató que el hombre "solo estaba mirando" mientras un gran grupo de personas vestidas de negro estaban tratando de tirar la puerta abajo para entrar en la Asamblea Nacional. Entonces, llegaron los gendarmes y comenzaron a lanzar granadas, que "definitivamente no eran granadas para dispersar a los manifestantes". Cuando una granada voló bajo los pies del hombre, "por instinto" trató de arrojarla desde allí con la mano y la golpeó, causando que "explotara", explicó el testigo. Un equipo de la agencia Ruptly que transmitía en vivo desde el lugar de los hechos logró captar impactantes imágenes del suceso. Comentaron que la situación "era tensa" y que había gas lacrimógeno "por todas partes", cuando escucharon una explosión y corrieron hacia un grupo de personas entre las que se encontraba el manifestante herido.

sábado, 2 de febrero de 2019

Violencia policial, la polémica estrategia de orden contra los chalecos amarillos


“Ciudadanos, ¡formen batallones! (…) Declaramos el estado de emergencia del pueblo, llamamos a un levantamiento sin precedentes, utilizando todos los medios necesarios, para que nadie sea víctima de estas heridas de guerra”. Este mensaje, difundido en forma de comunicado por Éric Drouet, camionero de profesión y una de las figuras visibles del movimiento de los chalecos amarillos, resume el aumento de la tensión entre las fuerzas del orden y los participantes de esta protesta social inédita. El germen de este mensaje no es otro que el nombre de uno de los heridos durante la manifestación del sábado 26 de enero en París: Jérôme Rodrigues, uno de los portavoces de los chalecos amarillos. La imagen de Rodrigues, adalid de una movilización pacífica, siendo evacuado de la plaza de la Bastille tras recibir un proyectil en el ojo durante una carga policial, ha avivado el debate sobre el uso o abuso de la fuerza por parte de la policía francesa, pero también sobre su capacidad y preparación para contener la deriva violenta de la revuelta ciudadana.
Consciente del impacto de este último incidente en la opinión publica y, en especial, entre los chalecos amarillos, el ministerio del Interior se apresuraba a anunciar la apertura de una investigación interna para aclarar el contexto en el que se produjeron los hechos. Una pesquisa que se suma a las más de 100 investigaciones judiciales abiertas por la Inspección General de la Policía Nacional (IGPN) desde el inicio del movimiento el pasado 17 de noviembre.


Desde aquella jornada de movilización, los chalecos amarillos se dan cita cada sábado en diferentes puntos de toda Francia, concediendo especial protagonismo a París. Las calles de la capital se convierten en el escenario de barricadas, disturbios y enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los manifestantes, entre ellos ciertos chalecos amarillos pero también miembros del movimiento 'black-blocs'. El balance de estos altercados no es nada desdeñable, según los datos del ministerio del Interior, 1.900 manifestantes y 1.200 miembros de las fuerzas del orden han resultado heridos, 7.000 personas han sido detenidas y 1.000 condenadas.
Mientras Emmanuel Macron denuncia la “extrema violencia” de las protestas, los chalecos amarillos ponen el foco en la brutalidad policial. Una polémica que deja “atónito” al ministro del Interior, Christophe Castaner: “Cuando escucho a ciertos responsables (…) tomar partido por los alborotadores en lugar de apoyar a la seguridad, cuando escucho hablar de una brutalidad policial sin precedentes e ilegítima, me quedo atónito, y esta es la palabra más educada que encuentro”, remarcó durante su discurso en el Centro de Incendios y Rescate de Tomblaine, cerca de Nancy, el pasado 18 de enero.
Agentes de policía retiran una moto en llamas durante los disturbios en los Campos Elíseos de París, el 26 de enero de 2019. (EFE)
Agentes de policía retiran una moto en llamas durante los disturbios en los Campos Elíseos de París, el 26 de enero de 2019. (EFE)

Cámaras contra abusos

Sin embargo, ante la escalada del número de heridos y la consiguiente polémica, el propio Castaner ha decidido equipar a la policía con “cámaras peatones”. Se trata de dispositivos de grabación obligatorios para todos aquellos policías o gendarmes equipados con lanzadora de balas de defensa (LBD) durante las manifestaciones. Con esta medida, el ministro del Interior francés reconoce de manera implícita el peligro de estas armas de defensa, responsables de buena parte de las lesiones registradas entre los manifestantes.
Si bien, según Castaner, estás cámaras son una “prevención suplementaria” destinada a proteger a las fuerzas del orden vis-à-vis de los manifestantes, restando importancia al número de heridos por la controvertida arma, Philippe Capon, secretario general del sindicato UNSA Police, estima que se trata de un mero “anuncio político”. “Este tipo de cámaras no son precisamente el material más adecuado (…) Este anuncio no ha sido preparado a nivel técnico”, explica el sindicalista interrogado por el diario digital Mediapart.
No es la primera vez que las fuerzas del orden critican la estrategia de seguridad diseñada por el Ejecutivo de Macron. El 5 de diciembre, tras tres jornadas de movilización de los chalecos amarillos, el sindicato de policía VIGI presentó un preaviso de huelga: “Nuestra jerarquía nos envía de nuevo a recibir los golpes en su lugar y en lugar del Gobierno (…) Sabemos que habrá heridos entre nosotros y tememos que pueda haber muertos entre nosotros”, denunciaba el sindicato.
Tras dos nuevas manifestaciones marcadas por disturbios especialmente violentos, sumadas al impago de 274 millones de euros correspondientes a las horas extras que el Estado les adeuda, los tres principales sindicatos de policía convocaron una jornada de protesta. El 20 de diciembre, bajo la amenaza del cierre “simbólico” de varias comisarías en diferentes puntos del país, el ministerio del Interior terminó anunciando la revalorización de los sueldos, una prima de 300 euros para las fuerzas del orden movilizadas durante las protestas de los chalecos amarillos y la promesa de “una mejora y una modernización de las condiciones de trabajo de los policías”.
Con estas medidas, el Ejecutivo logró contener una primera crisis entre las fuerzas del orden. Sin embargo, una nueva cuestión amenaza la relación entre el Elíseo y el mundo policial: la estrategia de confrontación elegida por el Gobierno para hacer frente a las protestas y, por consiguiente, una inevitable escalada de la violencia. Las nubes de gas lacrimógeno, el tiro de balas de goma o 'flashball', el recurso repetido a las lanzadoras de balas de defensa, se han convertido en las bases de una táctica gubernamental criticada entre las fuerzas del orden.
Un manifestante esquiva un bote de gas lacrimógeno lanzado por la policía durante las protestas de los chalecos amarillos en Nantes, el 26 de julio de 2019. (Reuters)
Un manifestante esquiva un bote de gas lacrimógeno lanzado por la policía durante las protestas de los chalecos amarillos en Nantes, el 26 de julio de 2019. (Reuters)

Divisiones en las CRS

Las CRS (Compañías Republicanas de Seguridad), el cuerpo de la Policía Nacional especializado en el mantenimiento del orden, están particularmente descontentas. Según David Dufresne, documentalista especializado en violencias policiales entrevistado por Le Média, el desacuerdo con la estrategia de Macron no deja de crecer en el seno de este cuerpo policial por dos razones concretas: el enfrentamiento extremo que desencadena y la consecuente ruptura con la idea misma del mantenimiento del orden público.
El uso de técnicas desproporcionadas tiene resultados tangibles. Según el recuento realizado por David Dufresne, 160 manifestantes habrían recibido un impacto en la cabeza y cuatro manifestantes habrían perdido una mano en el marco de las protestas; el diario Libérationasegura que 17 personas habrían perdido un ojo.
Lejos de calmar los ánimos, estas cifras se traducen en una exacerbación creciente entre los manifestantes hacia las fuerzas del orden. Sirva como ejemplo el linchamiento de tres policías el pasado 22 de diciembre en la avenida George V, las imágenes muestran a tres policías motorizados, víctimas del lanzamiento de diversos objetos por parte de un grupo de manifestantes, un policía termina cayendo al suelo, su compañero desenfunda su arma, esta vez se trata de una verdadera arma de fuego. “Nuestros compañeros han sido víctimas esta noche de un linchamiento en los Campos Elíseos. Si no hubieran logrado escapar dejando atrás una de las motos, ¿habrían sido asesinados? Esto es lo que ha estado pasando durante un mes”, reaccionaba entonces el sindicato policial Unité.
Esta escena ilustra y justifica el hastío entre las fuerzas del orden, supeditadas a una jerarquía superada por una movilización social inédita e impredecible. “¿Qué ha pasado con aquella Francia, campeona del mantenimiento del orden, que exportaba sus conocimientos técnicos y materiales a otras democracias y países totalitarios ansiosos por sofocar protestas incipientes? -se interroga el diario Le Monde-. Los abusos [de los chalecos amarillos] han conducido a policías y gendarmes al hospital. Pero la multiplicación de las violencias imputables a las fuerzas de seguridad también plantea interrogantes sobre la capacidad del Estado de controlar el uso de una fuerza democrática, cuya reglas parecen fluctuar”. La responsabilidad recae así sobre el Estado y sus más altos responsables, criticados hoy por su falta de experiencia en materia del uso de la fuerza y su declive en una doctrina peligrosa tanto para la seguridad de los manifestantes como para las fuerzas del orden.

sábado, 19 de enero de 2019

Decenas de heridos y mutilados por balas de goma entre los ‘chalecos amarillos’



La policía francesa está utilizando para hacer frente a las manifestaciones del movimiento contestatario un arma controvertida, el LDB 40: un lanzador de balas de caucho que ha dejado de momentos decenas de tuertos y heridos con mutilaciones faciales o manos.
El LBD 40 es un rifle de hombre que dispara balas semi-rigidas de caucho calibre 40 milímetros. Con un alcance de 50 metros, cuenta con una gran precisión gracias a un visor electrónico. El arma, que ha reemplazado al antiguo “flash-ball”, es citada constantemente en estos días a la hora de contar los heridos que deja el accionar policial frente a las manifestaciones de los “chalecos amarillos”.
Manos arrancadas, pérdida de ojos, mandíbulas destruidas: las imágenes de los heridos por la represión policial dan cuenta de decenas de casos. De los 82 heridos graves registrados hasta el 9 de enero, unos 60 fueron blanco del LBD, contabiliza el diario Libération. Trece personas perdieron un ojo, según este cómputo. El periódico, que se basa en los relatos y documentos recogidos por los propios chalecos amarillos y el periodista independiente David Dufresne, suma un centenar de testimonios e imágenes de heridas y mutilaciones por este artefacto.
El último caso que cobró estado público ocurrió el pasado sábado en la ciudad de Burdeos. Olivier Béziade, bombero voluntario y padre de tres niños, se encuentra en coma tras recibir una bala de goma en la cabeza.
A principios de esta semana, el Prefecto de Gironda y la Fiscalía remitieron el caso a la Inspección General de la Policía Nacional (IGPN), que fiscaliza el accionar de las fuerzas del orden, mientras el video que mostraba al Béziade en el piso sangrando era compartido por más de 100.000 personas.
El Defensor de los Derechos (Defensor del Pueblo), Jacques Toubon, pidió este jueves la suspensión del uso de LBD, debido a la "peligrosidad" de estas armas.
"Tenemos que eliminar el riesgo que conllevan estas armas suspendiendo su uso", dijo Toubon a la prensa.
Por su parte, el director general de la Policía Nacional (DGPN), Eric Morvan, consideró que el uso del LBD durante las recientes movilizaciones está generalmente justificado, pero recuerda que su uso debe ser proporcionado y que el disparo debe estar dirigido "exclusivamente al torso y a las extremidades superiores o inferiores".
Granadas ensordecedoras
Crece la polémica sobre las granadas ensordecedoras y lacrimógenas que la policía francesa utiliza para dispersar a grupos de manifestantes mediante una fuerte detonación. En diciembre de 2018, cuatro abogados que defienden a personas mutiladas durante las manifestaciones de los chalecos amarillos pidieron oficialmente al gobierno francés que prohíba el uso del modelo de granadas GLI-F4.
"Estas granadas tienen una particularidad: contienen una carga explosiva de 25 gramos de TNT. Está clasificada como arma de fuego. Y ha causado numerosas heridas desde que la policia las utiliza. Primero en Bures, en el sur de Francia, un joven de 21 años quedó con el pie arrancado a causa de una granada, luego, durante la evacuación de la zona ecológica de Notre Dame des Landes, otro joven perdió su mano", denuncia Ainoha Pascual, una de las cuatro abogadas del colectivo.
"Pese a que la inspección de la policia nacional denunció que la granada peude causar heridas graves mutilaciones y que incluso puede ser letal, las autoridades han decidido mantener su uso para el mantenimiento del orden. Las granadas de este tipo y el lanzador de balas son armas peligrosas e imprecisas,  algunos gendarmes quedaron incluso mutilados por sus propias granadas. Hay otros métodos para evitar usarlas. En otros paises, este tipo de armas no existe", dijo Pascual a RFI.
En junio de 2018, el gobierno anunció que este tipo de granadas desaparecerá progresivamente del arsenal policial francés, y que será reemplazada por otro tipo de granadas. Pero los abogados de las víctimas piden que se dejen de usar inmediatamente y amenazan con poner una demanda en tribunales para prohibirlas.