Unos 50.000 efectivos de 31 países conforman los ejercicios Trident Juncture en Noruega, que se prolongarán hasta el 7 de noviembre.
La OTAN ha dado inicio a las maniobras Trident Juncture en Noruega, una masiva coordinación logística entre EE.UU. y 30 países con el fin de practicar una respuesta militar "a cualquier amenaza desde cualquier dirección".
"Trident Juncture es el mayor ejercicio de la OTAN desde el final de la Guerra Fría", aseveró el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, precisando que estas maniobras corresponden al "claro mensaje" para cualquier adversario potencial de que la OTAN protegerá "a todos los aliados".
Asimismo, Stoltenberg indicó que los miembros de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) fueron instados a asistir como observadores, y precisó que Rusia y Bielorrusia aceptaron esa invitación.
50.000 soldados
Los ejercicios se extienden del 25 de octubre al 7 de noviembre en diversos puntos del país nórdico y en el mar Báltico, abarcando también Islandia y el espacio aéreo de Suecia y Finlandia. Los ensayos comprenden cerca de 65 buques, 250 aviones, 10.000 vehículos y unos 50.000 efectivos.
Previo a que se anunciara esa cantidad de tropas como parte de las maniobras, se había estimado la participación de 40.000 soldados, una magnitud similar a la de las maniobras Strong Resolve de 2002 llevadas a cabo en Polonia. La última edición de los Trident Juncture fue realizada en 2015.
Pese a que la Alianza no ha nombrado a su hipotético adversario en las maniobras, el exmilitar Juan Antonio Aguilar, director del portal ElEspiaDigital.com, afirma que "el enemigo que justifica la existencia de la OTAN es Rusia". El analista sostiene que las maniobras tienen como uno de sus objetivos "visualizar la presencia" de las fuerzas occidentales "en la frontera rusa", y señala que la OTAN se encuentra inmersa en esta "fase de desafío" sin justificación alguna más allá de "mantener ante la opinión pública la necesidad de existir".
"Nivel sin precedentes"
Moscú ha afirmado que no considera que los actuales ejercicios Trident Juncture tengan carácter antirruso. Sin embargo, ha dejado claro que los tendrá en cuenta en su propia planificación militar, a causa de las crecientes tensiones cerca de las fronteras rusas.
"La actividad militar de la OTAN cerca de las fronteras de Rusia ha alcanzado un nivel sin precedentes desde los días de la Guerra Fría", aseveró este miércoles el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, enfatizando que Rusia busca una cooperación de seguridad con Occidente pues no quiere verse envuelta en una confrontación militar.
Sin embargo, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, recientemente se refirió a esta clase de ejercicios como "francamente provocadores", señalando que comprenden una "acumulación de armamento" en las fronteras de Rusia. El pasado mes de febrero, el jefe de la diplomacia rusa dijo que Washington está utilizando una "amenaza imaginaria rusa" para garantizar su dominio sobre Europa.
"A pesar de que la Alianza Atlántica intenta presentarlo como un ejercicio defensivo, es evidente que se trata de una exhibición de poderío militar con una clara tendencia antirrusa", señala el comunicado.
De hecho —dice la Cancillería rusa—, las maniobras Trident Juncture 2018 servirán para ensayar los últimos desarrollos de los especialistas militares de la OTAN que se empeñan en "contener" a Rusia.
"Las maniobras influyen negativamente en la seguridad (…) y complican la situación militar y política, lo que contradice los esfuerzos emprendidos para elaborar nuevas medidas de confianza en la región del mar Báltico", indica el Ministerio de Exteriores ruso.