Básicamente, desde los comienzos de la civilización se han establecido competencias y rivalidades entre facciones de sectores poderosos, pero siempre la posesión del poder ha variado de una época a la otra. En los inicios de la cultura humana, el poder estaba predominantemente en manos de los sacerdotes de las distintas deidades, que incluso tomaban a su cargo la entera educación del monarca, a fin de que éste, llegado a la madurez y en posesión del trono, siguiera los preceptos del templo en vez de constituirse en la suprema autoridad en si mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario