Todo el discurso oficial del coronavirus era una farsa. Es la principal conclusión de un informe del Congreso de Estados Unidos, que apunta a que el origen del virus fue político y que no había base científica para los confinamientos ni las mascarillas. Las vacunas contra la COVID-19 tampoco evitaban la transmisión del virus. Su aprobación fue arbitraria, y las medidas adoptadas para hacerlas obligatorias, no tenían más ciencia que la de ejercer un poder absoluto sobre nuestros cuerpos.
Fuente: Chemtrails LaRioja
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