El 3 de marzo, tras varios meses de huelga en demanda de aumentos salariales, las comisiones representativas de trabajadores en las empresas en lucha convocan una jornada de paro general en Vitoria, ciudad con un movimiento asambleario que preocupa al Gobierno, temeroso de su posible extensión al conjunto del Estado Español. En la iglesia de San Francisco del barrio obrero de Zaramaga, miles de trabajadores y trabajadoras se reúnen en asamblea. En el exterior hay congregadas muchas personas más, y en medio, un centenar de agentes de Policía armada. Durante los sucesos del 3 de marzo de 1976 en Vitoria, cinco trabajadores resultan muertos a manos de la Policía. Begoña, una joven de clase media, vivirá en primera persona aquellos hechos que sacudieron “una ciudad donde nunca pasa nada”. 👥 REPARTO: Ruth Díaz, José Manuel Seda, Alberto Berzal, Mikel Iglesias, Amaia Aberasturi, Iñigo de la Iglesia, Iñaki Rikarte, Asier Macazaga, Oti Manzano, Pepe Penabade, Ane Pikaza, Verónika Moral GÉNERO: Drama. Años 70. Histórico. Basado en hechos reales
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lunes, 15 de junio de 2020
Vitoria, 3 De Marzo (película completa-2018)
El 3 de marzo, tras varios meses de huelga en demanda de aumentos salariales, las comisiones representativas de trabajadores en las empresas en lucha convocan una jornada de paro general en Vitoria, ciudad con un movimiento asambleario que preocupa al Gobierno, temeroso de su posible extensión al conjunto del Estado Español. En la iglesia de San Francisco del barrio obrero de Zaramaga, miles de trabajadores y trabajadoras se reúnen en asamblea. En el exterior hay congregadas muchas personas más, y en medio, un centenar de agentes de Policía armada. Durante los sucesos del 3 de marzo de 1976 en Vitoria, cinco trabajadores resultan muertos a manos de la Policía. Begoña, una joven de clase media, vivirá en primera persona aquellos hechos que sacudieron “una ciudad donde nunca pasa nada”. 👥 REPARTO: Ruth Díaz, José Manuel Seda, Alberto Berzal, Mikel Iglesias, Amaia Aberasturi, Iñigo de la Iglesia, Iñaki Rikarte, Asier Macazaga, Oti Manzano, Pepe Penabade, Ane Pikaza, Verónika Moral GÉNERO: Drama. Años 70. Histórico. Basado en hechos reales
viernes, 3 de mayo de 2019
[Vitoria, 3 de marzo] “Esta es una película para que no se olvide lo que sucedió aquellos días”
Victor Cabaco es el director de la película “Vitoria, 3 de marzo” pudimos entrevisarlo 48 horas antes del estreno en las salas de cine del Estado español.
En la iglesia de San Francisco del barrio obrero de Zaramaga, miles de trabajadores y trabajadoras se reunieron en asamblea. En el exterior se congregaron muchas personas más y, en medio, se situó un centenar de agentes de la Policía armada. Durante los sucesos del 3 de marzo de 1976 en Vitoria, cinco trabajadores resultaron muertos a manos de la Policía tras una larga huelga.
Fuente: KAOS EN LA RED
jueves, 27 de septiembre de 2018
Vitoria revive su fatídico 3 de marzo
El empleo de imágenes de archivo y de grabaciones originales de la Policía son las grandes bazas del emocionante filme sobre la matanza de 1976, presentado en el Zinemaldia.
Pedro María Martínez, Francisco Aznar, Romualdo Barroso, Bienvenido Pereda y José Castillo. Son los cinco nombres que cierran los títulos de crédito finales de 'Vitoria, 3 de marzo', las cinco víctimas de una matanza que quedó grabada para siempre en la memoria de la ciudad. Cinco trabajadores que murieron por disparos de la policía al ser desalojados de una asamblea en la iglesia de San Francisco de Asís el mismo día que una huelga general paralizó la capital alavesa en 1976. Más de un centenar de personas resultaron heridas a consecuencia de las cargas, la mayoría de ellas de heridas de bala por la espalda. Unos hechos que la productora vitoriana Sonora ha llevado al cine en una película que hoy se presenta en la Gala de EiTB en el Zinemaldia.
Esta «ficción basada en hechos reales», como advierte un rótulo inicial, llegará a las salas el próximo 1 de marzo de la mano de Barton Films y la distribuidora Filmax, que la exhibirán por toda España. En Vitoria, que se volcó durante el rodaje, está llamada a provocar una catarsis. Su gran baza es combinar la ficción con material de archivo, imágenes de la vida cotidiana de la ciudad en los 70, de obreros con buzo en talleres y fábricas y de las asambleas y manifestaciones que se sucedían. Gracias a un noticiario alemán se han rescatado incluso escenas del fatídico desalojo. Como los walkie-talkies de la policía emitían por entonces en FM, el director Víctor Cabaco ha contado con un material inestimable: las grabaciones de aquella mañana, cuyos diálogos no los podría haber escrito mejor ningún guionista.
Los títulos de crédito iniciales, con el juramento del rey Juan Carlos al convertirse en jefe del Estado, sitúan históricamente la acción. Franco acaba de morir y el hambre de libertad no encuentra respuesta. Las calles de Vitoria son territorio de guerra, con controles, altercados, cargas y pelotazos. El empaque de producción, con la fotografía desvaída de Gaizka Bourgeaud y la música de José Luis Canal, marcan la diferencia con otras ficciones ambientadas en la época. Que veamos unos pantalones de campana y unas patillas y nos remita a 'Cuéntame' no es culpa de la película, sino del periodo histórico.
La insurrección obrera
Una familia será nuestra guía hasta que se precipiten los acontecimientos en la iglesia de San Francisco. El padre es un periodista de Radio Álava, la hija una idealista enamorada de uno de los líderes sindicales y la madre es objeto de deseo del villano de la cinta, un representante de la asociación de empresarios con hilo directo con el poder. Los patronos reprochan al Gobierno que no se castigue con mano dura la insurrección obrera. «¿Qué quieren? ¿Cuarenta horas semanales y no trabajar los sábados?», se lamentan. La batalla también se librará por el control de los medios. El protagonista será ascendido a director de la emisora bajo el chantaje de encarcelar a su hija «por liarse con un rojo». Su nuevo cometido y la causa de su crisis de conciencia será tratar de acallar el hálito revolucionario.
El filme realiza un retrato veraz de un tiempo gris. La chica protagonista pasará de la trenca y la carpeta forrada con Camilo Sesto en portada del Superpop a los sótanos de la comisaría. Suena el 'A galopar' grabado por Paco Ibáñez en el Olympia y las 'Campanades a morts' de Lluís Llach. No falta nada. Las octavillas impresas en el ciclostil, el humo del tabaco anegándolo todo en los 'guateques' políticos donde alguien siempre tocaba una guitarra, las llamadas y favores que podían sacar a alguien de la cárcel. El miedo y la desazón. Y París, como el sueño de libertad al que poder viajar en un Cuatro Latas.
Mevosa, Apellániz… Los vitorianos de cierta edad reconocerán los nombres de las empresas que pararon en un gesto que observaba toda España. Con 10.000 pesetas al mes no llegaba para vivir. Se pedían guarderías y anticonceptivos. Las octavillas volaban en Zaramaga, en Txagorritxu, en las puertas de los institutos. «España es un polvorín y Vitoria la mecha», le advierte el ministro al gobernador de Álava. Va cundiendo la sensación de que habrá un escarmiento. Lo que nadie espera es que la fuerzas del orden entren en una iglesia. «Nos protege el concordato», sostiene inocente un manifestante.
En ese 'crescendo' dramático del filme resultan vitales las grabaciones originales de la policía que rescata el director Víctor Cabaco. «El curita nos ha engañado, se han marchado por la puerta de atrás», informa uno de los agentes antes de que la marea humana provoque que se agoten pronto las pelotas y los botes de humo. 'Vitoria, 3 de marzo' ha tomado como base del guion el informe sobre los hechos elaborado por el Parlamento vasco en 2016. La orden directa de desalojar la Iglesia, descubre, la dio el gobernador. Del «esto es una catástrofe» se pasa al «aquí ha habido una masacre» cuando se empieza a disparar indiscriminadamente con fuego real.
El filme evita las postales turísticas de la ciudad y apuesta por un reparto de nombres apenas conocidos en busca de verosilmilitud. El material de archivo se confunde con nuevas escenas rodadas en Super 8, confundiéndose documental y ficción. Tras las imágenes reales de los funerales, con cientos de miles de personas, llegan las dedicatorias «a todas las personas que lucharon en Vitoria para conseguir un mundo más justo y libre».
Fuente: elcorreo.com/Vitoria, 3 de Marzo - La Película/Gasteiz Berri
martes, 25 de septiembre de 2018
'Vitoria, 3 de Marzo', la pelicula, un alegato contra la impunidad
Este miércoles se estrena en el Festival de San Sebastián la película “Vitoria, 3 de marzo“. Una película rodada el pasado otoño en Vitoria-Gasteiz y en la que participaron como extras cientos de gasteiztarrak.
Juan Ibarrondo y Héctor Amado son los responsables de trasladar los trágicos sucesos del 3 de Marzo de 1976 en Vitoria-Gasteiz al guión sobre el que se realizará la película 'Vitoria, 3 de Marzo'. Juan Ibarrondo fue quien redactó la primera versión del guión, que ha desarrollado durante varios años con la ayuda de Héctor Amado, de la productora Sonora Estudios.
Además de ser una película sobre la matanza del 3 de Marzo de 1976 en Vitoria-Gasteiz, 'Vitoria, 3 de Marzo' es también un alegato por la memoria y contra de la impunidad de los responsables de aquellos sucesos. Se han filmado algunas secuencias con siniestros personajes como Manuel Fraga Iribarne, Martín Villa o el Gobernador, algunos de los responsables políticos de aquella época. Nunca fueron juzgados por lo sucedido, continuaron sus carreras políticas impunemente y algunos de ellos aún siguen vivos. Hemos charlado con Pepe Penabade y Asier Macazaga, los actores que interpretan a Fraga y al Gobernador, respectivamente. Nos cuentan el papel de sus personajes en los sucesos y en la película, y también qué significa para ellos formar parte de este proyecto.
La participación ciudadana voluntaria de cientos de personas está siendo una pieza clave para hacer posible esta película y recrear aquel convulso año de 1976 en Vitoria-Gasteiz. Según nos explica Andoni Txasko, portavoz de la Ascociación de Víctimas Martxoak 3 Elkartea, 'Vitoria, 3 de Marzo' necesitará de la colaboración de toda la ciudad para poder llevarse a cabo y luchar contra el olvido.
martes, 27 de diciembre de 2016
Black Mirror 15 millones de méritos
Cada episodio de Black Mirror es un deleite para los seguidores del género de la distopía o antiutopía—es inevitable. La serie critica abiertamente el impacto de las nuevas tecnologías en sociedad, y lo hace planteando en cada uno de sus episodios distintos futuros imaginados en los que la humanidad viviría de modo disfuncional debido a su dependencia de las innovaciones que se irían desarrollando e implantando en sociedad. En otras palabras, en la serie se ven reflejados los peligros que podrían entrañar los avances científicos y tecnológicos en desarrollo en la actualidad en caso de ser llevados a ciertos extremos, y me gustaría comentar el segundo episodio de la primera temporada de esta interesante serie, ya que considero que es uno de los más certeros a la hora de reflejar ciertas tendencias y obsesiones—¿incluso adicciones?—contemporáneas.
Bing Madsen—el protagonista—es un chico que vive recluido en un centro en el que su trabajo consiste en pedalear sobre una bicicleta estática para proveer de energía a todos los aparatos que conforman el entramado del lugar. El resto de habitantes, idiotizados hasta el extremo, se dedican a realizar exactamente la misma tarea día tras día, viéndose así sometidos a un estado de servidumbre total. Estas personas alternan entre el espacio de pedaleo y sus habitaciones individuales, ambos proveídos de pantallas. En el caso de las habitaciones, todas las paredes son pantallas con las que se puede interactuar—por ejemplo, para jugar a un videojuego—y de las que no se puede escapar, mientras que cuando están pedaleando tienen también una pantalla delante en todo momento que les acompaña durante su jornada laboral.
Por tanto, la primera crítica se refiere a nuestra adicción a las pantallas y a las interfaces. Estamos conectados de modo prácticamente ininterrumpido a todo tipo de pantallas—televisores, monitores, móviles, tabletas, etc—cada cual con su propia interfaz, a través de las cuales interactuamos con estos aparatos ya sea por motivos laborales o de ocio. En el mundo representado en este episodio, las personas visualizan programas de televisión o juegan a videojuegos al tiempo que trabajan, de modo que son contadísimas las ocasiones en que no están conectados a algún tipo de interfaz. Se trata de una sociedad hipermediatizada, y la abundancia de pantallas provoca en el espectador una cierta sensación de agobio o asfixia, en especial cuando vemos la habitación en la que vive Bing. ¿Pero, resulta tan descabellado imaginar un futuro como el que aquí se plasma?
Pero aquí no queda la cosa. Además de esto, cada persona cuenta con su propio avatar, que le representa en los entornos virtuales con los que interactúa. A medida que pedalean acumulan puntos—o méritos—que más tarde pueden canjear por objetos para decorar sus avatares, o por contenidos digitales de distinta índole, como nuevas aplicaciones, videojuegos o pornografía. El ser de carne y hueso pasa a ocupar un segundo plano en un contexto en el que uno no se plantea obtener ropa real que ponerse—entre otras cosas, porqué no se le ofrece dicha posibilidad—sino objetos digitales con los que equipar a su “yo virtual”. No hablaríamos ya de consumismo, sino de consumismo virtual, y, por tanto, de “consumismo hiperreal”. Esto es similar a lo que sucede en la actualidad en gran cantidad de videojuegos, en los que se vende contenido digital, como las famosas skins, que no son otra cosa que nuevas apariencias para los personajes controlables en el juego.
¿Pero, que es lo que mueve a esta gente a mantenerse conectada y a seguir pedaleando, en lugar de tratar de rebelarse contra el sistema? Básicamente este mismo sistema de bonificaciones y premios con el que está equipado el sistema, y que es un fiel reflejo de uno de los mecanismos que podemos encontrar también en los videojuego, desde el más clásico hasta el MMORPG más moderno. Pantallas, interacción y avatares son elementos comunes en el medio del videojuego, y aquí la advertencia parece ser clara: cuidado, no vayamos a olvidarnos de que existe una diferencia entre lo que está dentro y fuera de las pantallas, o terminaremos por verternos en su interior y desaparecer. Aunque, claro, esa es la eterna promesa de la realidad virtual, y debemos tener algún tipo de fijación, porqué seguimos intentando alcanzar una experiencia de inmersión en entornos virtuales que sea capaz de convencer a nuestros sentidos de que realmente estamos habitando un mundo artificial.
Pero volviendo al sistema de recompensas, este no resultaría suficientemente efectivo ni es creíble como elemento de disuasión ante una posible revolución obrera. El gran aliciente para estas personas es alcanzar la cifra de quince millones de méritos, lo que les granjearía la posibilidad de comparecer ante un jurado televisivo de un programa llamado Hot Shot—idéntico al que podemos encontrar en programas reales como Factor X o Tu sí que vales—y demostrar que cuentan con una habilidad especial por la que merecen ser eximidos de volver a la bicicleta.
En esta dimensión un miembro de la clase obrera se libera cuando contribuye con su talento a mantener a los otros pegados a sus pantallas; cuando es capaz de demostrar que puede contribuir a la perpetuación del sistema establecido. Por poner un ejemplo, el que demuestre tener la habilidad del canto se liberará de su cadena, pero, a su vez, ayudará a mantener a los demás—que querrán seguir sus avances a través de la televisión—atados a las suyas. Pero no existe posibilidad real de liberación. Estos también siguen pedaleando, siguen al servicio del sistema, pero de distinto modo. Lo único que se les ofrece es la ilusión de la liberación, y no la liberación en si misma. Por tanto, crítica también dirigida a los talent shows de la programación.
De forma similar se critica también la publicidad agresiva e idiotizante con la que somos bombardeados a diario por todo tipo de canales—por ejemplo, cuando queremos ver un video en youtube. Las personas de este mundo tienen que soportar la proyección repentina e inesperada de anuncios—en muchas ocasiones de contenido pornográfico—en las paredes de sus habitaciones, y, como este es otro mecanismo destinado a mantener sus neuronas a raya y a ellos a merced del sistema, el hecho de omitir el anuncio tiene por efecto una deducción automática de puntos de su cuenta, con lo que dicha acción supone alejarse de la posibilidad de alcanzar los quince millones de méritos y acercarse así a su particular “sueño americano.”
En definitiva, este episodio toma elementos prestados del videojuego en tanto que los protagonistas de la vida de estas personas no son tanto ellas mismas como sus avatares y el sistema de puntos que los esclaviza, al tiempo que les ofrece la falsa ilusión—a través de un programa de televisión—de un futuro en el que serían especiales y libres. Resulta también interesante el modo en que se critica aquí la preponderancia de las pantallas e interfaces en sociedad. Debemos admitir que esto es ya una realidad consumada, y el siguiente paso es preguntarse hacia dónde terminará por llevarnos esta tendencia. Cualquiera que se haga estas preguntas u otras similares debería ver Black Mirror.
Black Mirror 15 millones de méritos
Fuente: RIRCA/J. Manuel Frias Padilla
Enviado por Araico
jueves, 27 de octubre de 2016
COMEDORES - Película Completa SUB Español
El mundo ha sido devastado por una epidemia y está plagado de muertos vivientes. Tres hombres, Igor y Alen, dos cazadores de muertos y Gyno, un científico, tratan de encontrar una explicación a lo que ha sucedido con la raza humana. Cuando Igor y Alen salen de caza en busca de cobayas para los experimentos de Gyno, se encuentran en su camino con pintorescos personajes, como un pintor loco, algunos neonazis y la hija del que se supone que propagó la epidemia.
Fuente: Legión Zombies
lunes, 17 de octubre de 2016
El baile de los Muertos - Pelicula Completa
En la noche de graduación, los muertos vivientes se levantarán de sus tumbas para comérselos a todos. Los únicos que podrán detenerlos, serán los perdedores y frikis del instituto, que no tuvieron pareja para acudir al baile.
Fuente: Nicolas
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