Las marchas contra el aumento de los precios del combustible, protagonizadas por los denominados “chalecos amarillos” comenzaron en toda Francia el pasado sábado 17 de noviembre. Entonces 287 000 personas participaron en las movilizaciones, consideradas, de hecho, el “primer acto del movimiento”. Se produjo una nueva movilización el 24 de noviembre, que también se saldó con violentos disturbios. Y este mismo sábado hemos presenciado una nueva jornada de protestas contra el Gobierno de Emmanuel Macron en París, la capital. 65 personas han resultado heridas, 11 policías incluidos, y 120 han sido arrestadas.
En una entrevista concedida este sábado desde España a la cadena HispanTV, el analista Francisco José Saavedra se ha referido, refiriéndose a las protestas que se producen igualmente en Bélgica, los Países Bajos y en el norte de España, a que la situación podría agravarse ya que existe un descontento general por toda Europa.
“Algo que me parece muy interesante es que este movimiento no está organizado ni por sindicatos ni por partidos políticos, es un movimiento transversal donde encontramos todo tipo de personas” señala Saavedra. “Los ciudadanos europeos en cada nación que miremos se están viendo defraudados, por lo que les han prometido y lo que no les han dado”, explica.
"Ya estamos aquí, guerra". Es el lema de una pancarta colgada esta misma semana en un puente de la M-30 de Madrid por tres ciudadanos ataviados con el chaleco amarillo.
Es la prenda característica de un fenómeno multitudinario en Francia que está poniendo contra las cuerdas al gobierno de Emmanuel Macron.
En muy poco tiempo una legión de adeptos a la causa y la repercusión social y política del movimiento no para de crecer.
Las revueltas de miles de franceses en los Campos Elíseos de París acontecidas el pasado fin de semana han generado una onda expansiva que está teniendo eco en otros países. La rebelión de los 'Chalecos amarillos' se extiende: este mismo viernes un centenar de protestantes se concentraron en Bruselas (Bélgica).
En nuestra peninsula aún es un germen, pero la semilla ya está plantada. Varios grupos de Facebook han aparecido en los últimos días y ya organizaron una quedada este pasado sábado a las cinco de la tarde en:
Javier, un taxista que apoya esta iniciativa, asegura que "la situación social en España es aún peor que la de Francia". También aquí se está sufriendo la subida de los carburantes, de la luz y otros problemas que merecen respuesta de la ciudadanía. Está sorprendido por la cantidad de apoyo que ha recibido de diversos colectivos de distintos puntos de la geografía, a la página de Facebook que ha creado.
El MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO no tiene líderes y se recalca que no quieren que exista ningún sesgo político.
Este activista asegura haber recibido apoyo de perfiles tan distintos como agricultores, trabajadores de la industria del norte de España que se está quedando en paro, estibadores o taxistas molestos con la disminución de sus condiciones de vida.
Señala que este pasado sábado se iban a juntar unas 20 personas y está sorprendido por la cantidad de gente que asistio a la convocatoria.
La fuerza del movimiento en Francia está creciendo a ritmos agigantados. Este sábado volvieron a la carga en París. Tras los fuertes altercados de hace una semana, el presidente Macron ha tenido que matizar su discurso medioambiental con guiños a las clases más afectadas por los nuevos impuestos que pretende introducir.
El escenario no puede ser más peligroso para el actual Gobierno de Pedro Sánchez, en plena antesala de un año plagado de citas electorales y a punto de tener que detallar a Bruselas su Plan de Energía y Clima, en el que tendrá que ir dando cuenta de su política medioambiental.
El Gobierno tendrá que lidiar con este contexto en pleno proceso electoral. Un panorama altamente inflamable si finalmente la revolución de los 'Chalecos amarillos' prende en la peninsula.
Uno de los promotores del movimiento de los Chalecos Amarillos en la peninsula, asegura que la situación aquí es mucho peor que la de Francia.
PROLETARI@ SAL A LA CALLE Y LUCHA