Seguimos en la Edad Media, los nobles no contribuyen, sólo pagan los que menos tienen
Un sistema que, por principio, fomenta la desigualdad entre las personas y la acumulación de los recursos por parte de unas pocas, es un sistema intrínsecamente injusto. Ni siquiera defiende que tenga más la persona que más trabaja, la que más se esfuerza o la más inteligente. Si no que tiene más quien pertenece a una clase, quien más hereda, quien tiene más medios para formarse, etc. Hay quienes acaparan más porque tienen menos escrúpulos y porque actúan con el convencimiento de que su prestigio depende de su riqueza. Todos estamos sufriendo las consecuencias de estos dignos delincuentes que andan sueltos. La falta de escrúpulos, la usura, las mafias que pululan y operan impunemente, dicen que no son instrumentos que el Estado acepte, pero forman parte esencial del mismo, porque en la práctica los acepta y legisla en su favor.
El sistema capitalista, en su punto álgido no es más que capitalismo salvaje, vale todo y todo tiene precio. Hasta el agua es objeto de privatización, el agua tiene dueño y por supuesto, tiene precio. La privatización de todo tipo de recursos es una meta. Un sistema que jerarquiza la sociedad en función de los recursos que se posean. El poder político es propagación del poder económico, de quien depende y a quien sirve. La ley termina por ser pura teoría y se modifica tanto como haga falta.
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