Sólidos indicios apuntan a que la organización "Cascos Blancos", un grupo afiliado a al-Qaeda, financiado por George Soros y el gobierno británico, está detrás del ataque con armas químicas contra civiles en la ciudad siria de Khan Shaykhun, una atrocidad de la cual los medios occidentales se han apresurado, siguiendo el dictado de Washington, en culpar al gobierno sirio.
Los Cascos Blancos filmaron gran parte de las imágenes que fueron publicadas sobre el ataque químico. Ellos también han sido conocidos en el pasado por poner en escena videos de "rescate", en los que aparecen siempre niños, algo que garantiza la efectividad emocional inmediata. Sin embargo, esta vez los niños que protagonizan sus imágenes han sido cruentamente asesinados, y, aparentemente, no todos ellos por inhalación de gases tóxicos. Varios niños aparecen en los vídeos sofocados por una sustancia química desconocida, mientras que otros parecen tener lesiones de cabeza inexplicables.
Se sabe que 250 personas fueron secuestradas por Al-Qaeda la semana pasada desde la cercana ciudad de Hama, cifra que coincide con el número de muertos y civiles heridos.
En otra "coincidencia" que hace sospechar que el escenario ha sido prefabricado, un médico británico-pakistaní atiende a los entrevistadores de Orient TV en lugar de ayudar a los heridos que están inundando el lugar. Su unidad médica recibió máscaras de gas de una organización británica tres días antes del ataque.
El médico, Shajul Islam, está siendo utilizado como fuente por los medios de comunicación estadounidenses y británicos, a pesar de enfrentarse a cargos de terrorismo por secuestrar y torturar a dos periodistas británicos en Siria y ser expulsado del registro médico. La organización responsable de enviarle equipo está siendo investigada por el uso de donaciones destinadas a los refugiados.
En cambio, los rebeldes disponen de armas químicas gracias al contrabando de las mismas desde Libia a través de Turquía, algo que aprobó en su día Hillary Clinton, tal como ha denunciado el reconocido periodista Seymour Hersch. El cónsul norteamericano en Bengasi, Chris Stevens, habría firmado su sentencia de muerte cuando declaró su intención de informar a sus superiores de dicho contrabando ilegal.
En 2013, los llamados "rebeldes moderados" se habían filmado matando conejos con gas y amenazando con matar a las minorías religiosas. ISIS también es conocido por estar en posesión de armas químicas, que ya utilizaron contra las fuerzas sirias en Deir Ezzor.
De haber sido el agente químico utilizado, el gas sarín habría matado o al menos lesionado a los primeros socorristas sin protección. El sarín puede ser absorbido a través de la piel y requiere un traje de cuerpo completo; Sin embargo, los cascos blancos parecían usar solamente máscaras y ningunos guantes mientras que manejaron a víctimas expuestas.
No es de sorprender que los principales medios de comunicación y políticos neoconservadores hayan sido rápidos en aceptar la versión de los rebeldes vinculados a Al Qaeda antes de que se realice cualquier investigación.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se apresuró a culpar al gobierno sirio, al igual que Amnistía Internacional. Francia pidió una reunión del consejo de seguridad sobre el incidente. De la inmediata y virulenta reacción de E.E.U.U. ya hemos sabido, con un desproporcionado ataque que ha destruido la base aérea siria de Shayrat, un acto de guerra contrario a todas las leyes internacionales y que viene a unirse a los bombardeos de Israel sobre Damasco, acciones que han arrancado su máscara a los sionistas y demuestran su apoyo al proyecto takfirí de ISIS y Al Qaeda.
(Fuente: http://es.abna24.com/)
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