‘Maduro optó por abrazar la dictadura sobre su propia gente’, dijo el consejero de Seguridad Nacional de EE.UU., H.R. McMaster. Y de esta postura, no se salen.
Esa es la verdad para Estados Unidos y con esa verdad, ya habían impuesto unas primeras sanciones contra diferentes funcionarios de alto nivel, funcionarios claves, en el Gobierno de Nicolás Maduro.
Pero ahora, mientras el huracán Harvey tocaba Texas, el presidente de EE.UU., Donald Trump, firmaba una batería de sanciones contra Venezuela, con esa misma verdad que mencioné al principio en voz del general McMaster, que apuntala las sanciones de su jefe Trump "con el anuncio de hoy, el presidente mantiene su promesa de una acción fuerte y seguir mostrando un liderazgo fuerte", o sea, de refrendar la postura de policía y juez del mundo.
El asunto más urgente son dos cosas, no si tienen la verdad o no, que eso, por su historia cínica ya da igual, lo que importa es que estas sanciones sí son peligrosas, y lo que importa es que no las imponen porque son unos grandes filántropos y altruistas preocupados en el pueblo de Venezuela, sino porque las tierras venezolanas tienen todo el petróleo del mundo.
"Las de hoy son las peores sanciones a Venezuela en 200 años", alertó el canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Las sanciones prohíben a cualquier persona en EE.UU. o dentro del marco de la ley estadounidense haga negocios o transacciones con el Gobierno venezolano o con, y sobre todo con, PDVSA (Petróleos de Venezuela S.A.), la petrolera venezolana. Y ahí el punto, porque el petróleo es la pieza clave en la economía del país caribeño.
Las sanciones prohíben préstamos, financiamientos, bonos de deuda, transacciones a las entidades venezolanas pero sobre todo, la repatriación de capitales hacia Caracas, de la gigante CITGO, la empresa gasolineras con más de 5000 estaciones de gasolina dentro de EE.UU., propiedad de Venezuela, cuestión que, a saber, podría impactar gravemente en las operaciones y cálculos del Gobierno de Maduro.
Las sanciones también ponen en la mira a PDVSA en caso de que se necesite girar más la tuerca y prohibir cosas más graves, no olvidar que Washington compra 800.000 barriles diarios de petróleo a Venezuela, lo que significa el 42 % de las ventas petroleras de Caracas de los 1.900.000 que produce.
Este paquete sancionador, explica Trump es porque a su consideración el Gobierno de Maduro es un violador de los derechos humanos, y como castigo le impone estas sanciones, sobre todo por la creación de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) que posibilita reescribir la Constitución venezolana.
El Gobierno de Maduro denuncia que lo de Trump, no es otra cosa que el intento por apoderarse del destino y la riqueza venezolana, una denuncia que ya venía haciendo desde hace tiempo "cuando el presidente Maduro hace más de dos años hablaba de la guerra económica no se le entendían, no le comprendían a que se refería, bueno aquí está, se están quitando las caretas, sanciones y más sanciones contra Venezuela desde los centros imperiales", dijo la presidenta de la ANC, Delcy Rodríguez.
Las sanciones se unen a la amenaza de invasión militar que lanzó Trump hace unos días, que aunque pareciera la clásica fanfarronada del "TV showman", hay datos que parece que no estaba tan descabellada. El periódico italiano "il Manifiesto" pública que en los últimos dos meses la actividad militar al rededor de Venezuela se ha incrementado considerablemente, observando más ejercicios militares, simulacros y despliegue de aeronaves y navíos de ataque.
El presidente Nicolás Maduro ha contestado que no tiene miedo y que el pueblo está unido, de hecho para el día de hoy, estaba programada un ejercicio masivo a nivel nacional para contestar a la amenaza de Trump, de hecho, no sólo los soldados sino población civil fue invitada a unirse al entrenamiento militar, "He dado la orden al Estado Mayor Superior de la Fuerza Armada para iniciar los preparativos para un ejercicio nacional, cívico militar de defensa integral armada de la patria venezolana.", "Trump go home, que se escuche hasta Washington", coreó Maduro, con miles de seguidores vestidos de rojo.
Por: Roberto de la Madrid.
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