Han pasado ya cuarenta y cuatro años, de aquel despotico dia.
Cuarenta y cuatro años, que no han conseguido borrar de mi memoria, los dramaticos dias que sufrimos, aqui en gasteiz.
Yo entonces era todavia un niño, que salia a la calle cogido de la mano de su madre. Un niño, que todavia era demasiado pequeño, para comprender lo que estaba pasando.
Pero todavia recuerdo nitidamente, como si todavia fuera aquel niño, que asustado y muerto de miedo se abrazaba a su madre, sintiendo el miedo, que transmitian, mis padres, mis vecinos, mis profesores, mis tios......
Recuerdo cuando ibamos a la guarderia y las furgonetas de la policia, estaban a la entrada del colegio. Y de como los grises, nos apuntaban con sus metralletas. Y de como apretaban el gatillo, haciendo ver a nuestras madres, que si por ellos fuera, alli mismo nos asesinaban.
Son recuerdos que no consigo olvidar. Recuerdos que me vuelven a la mente cada 3 de marzo, y solo consiguen empañar mis ojos de lagrimas.
Recuerdo como mi padre, sintonizaba la radio, de la pedazo cadena que se habia comprado y escuchabamos las comunicaciones de los grises y de como saco un cable a la terraza, para que fuera una antena y de como yo le dije muerto de miedo, que si lo veia la policia, nos detenia a todos.
Recuerdo cuando me dijeron que mi tio no venia, porque estaba en la cama enfermo de dolor de la paliza que los grises le habian dado.
Recuerdo el dia que jugabamos debajo de casa y de repente todas las madres nos cojieron y nos subieron a todo correr a casa. Alguno no le dio tiempo ni de coger la bici, de lo rapido que paso todo.
Y de como llamaban a los porteros automaticos.
-Habran por favor.
-Habran por favor.
Y de como subian corriendo las escaleras y se metian en las casas que les abrian la puerta.
Era un barrio tranquilo, del extraradio.
Hace cuarenta y cuatro años, mi humilde y tranquilo barrio obrero, era el final de la ciudad.
Yo no los llegue a ver, pero los que venian corriendo contaban que les perseguian los grises, montados en caballos.
Y recuerdo como pasados unos dias, cuando todo aparentemente se habia tranquilizado, fuimos a zaramaga y yo les preguntaba a mis padres, que eran todos esos agujeros que habia en las paredes, en las farolas, en los escaparates, en las señales......
De nuevo se me empañan los ojos, pero no son lagrimas de pena o de melancolia. No son lagrimas del recuerdo. Son lagrimas de rabia, lagrimas de odio, lagrimas de sed de justicia.
Lagrimas de ver, como este triste pasado que fue para nosotros, es el triste futuro para nuestros hijos.
Los que ayer eran grises hoy son azules y los que ayer eran centro, hoy son derecha y mañana izquierda.
Berdin da. Nada a cambiado en estos cuarentay cuatro años. Bueno si, a cambiado a peor. Todo muy legal, pero cada vez con menos libertad. Mayor vigilancia, mayor control, mas dictadura disfrazada de democracia que cuando era pura dictadura. Todo muy bien maquillado, eso si.
Pero debo decir que la muerte de estos luchadores por los derechos de los trabajadores, luchadores por la libertad y la justicia no fue en vano.
A mi me sirvio para darme cuenta, de que los autenticos terroristas eran el gobierno. Que esto no es ninguna democracia, que es una simple dictadura fascista. Que no existe la justicia.
Que es todo una farsa y una gran mentira.
Y sobre todo, que al que protesta, lo acallan.
Quiero con estas lineas, rendir un homenaje a todos los que lucharon por nuestros derechos, en aquellos fatidicos dias y por supuesto muy especialmente a los cruelmente asesinados por el sistema fascista represor que todavia hoy dia nos gobierna.
GORA LANGILEEN BORROKA
VIVA LA LUCHA OBRERA
darih
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