El periodista de investigación y escritor estadounidense Robert Bridge
ha recopilado 10 datos acerca del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) del
CERN en un intento de aportar claridad sobre los controvertidos objetivos que se prevén lograr.
1. EL Gran Colisionador de Hadrones (LHC) del CERN es la máquina más grande del mundo
A caballo entre Francia y Suiza, el complejo colisionador del CERN, que costó 9.000 millones de dólares, está situado a una profundidad de 175 metros y su complejo de túneles discurre a lo largo de 27 kilómetros de circuito. Los científicos involucrados en el proyecto afirman que el laboratorio fue construido bajo tierra debido a que la corteza de la Tierra ofrece protección contra la radiación.
2. Fuerza gravitatoria masiva
El colisionador del CERN está compuesto por unos 9.600 'superimanes' —100.000 veces más potentes que la fuerza gravitacional de la Tierra— que disparan los protones hacia una pista circular a velocidades alucinantes. "Un rayo puede rotar hasta durante 10 horas, viajando a una distancia de más de 10.000 millones de kilómetros, lo suficiente como para llegar a los confines de nuestro Sistema Solar y volver", cuenta Bridge.
Las bobinas de los imanes están compuestas por 36 hebras enrolladas de 15 milímetros, cada una de ellas compuesta a su vez por entre 6.000 y 9.000 filamentos individuales que tienen un diámetro de 7 micrómetros. La longitud del colisionador requiere 7.600 kilómetros de cable, lo que equivale a unos 270.000 kilómetros de hebras (suficiente como para rodear la Tierra seis veces por el Ecuador). Según el sitio del CERN, si se desenredaran los filamentos, podrían "estirarse hasta el Sol y de vuelta cinco veces y aún sobraría para unos cuantos viajes a la Luna".
3. El CERN genera temperaturas extremas
Según el sitio web del CERN, al hacer chocar dos haces de iones pesados (un evento científico que tendrá lugar el próximo septiembre) se recrearán las condiciones de temperatura que tuvieron lugar en el universo después del 'big bang' (más de 100.000 veces la temperatura del interior del Sol).
4. Stephen Hawking está preocupado por su potencial peligro
"La '
partícula de Dios' encontrada por el CERN podría destruir el universo", escribió Hawking en el prefacio del libro 'Starmus', una colección de conferencias de científicos. El físico
alerta de que el bosón de Higgs podría volverse inestable a niveles muy altos de energía, lo que podría causar el colapso instantáneo del espacio y del tiempo.
Pero
Hawking no es la única voz que predice una posible catástrofe si el CERN continúa en el carril de la aceleración atómica. El astrofísico Neil de Grasse Tyson sostiene que este experimento podría hacer que el planeta "explote", mientras que Otto Rössler, profesor alemán de la Universidad de Tubinga que presentó una demanda contra este laboratorio gigante, afirma que esta instalación podría desencadenar la formación de un pequeño agujero negro que, en caso de descontrolarse, podría destruir el planeta.
5. ¿Abrir una puerta a otras dimensiones?
Un año después de la gran inauguración del CERN, Sergio Bertolucci, exdirector de Investigación e Informática Científica de la instalación, afirmó que el colisionador podría abrir puertas a otra dimensión en "un lapso de tiempo muy pequeño" (fracciones de segundo), añadiendo que quizá fuese suficiente "para mirar en el interior de esa puerta abierta, para obtener o enviar algo".
Este comentario generó entre la comunidad científica una preocupación relacionada con el riesgo existente de que el colisionador 'invite' por error a nuestro mundo a visitantes no deseados de otras dimensiones espacio-temporales.
6. El logo del CERN
"Voy a dejar que sea el lector con su imaginación quien determine si el equipo de relaciones públicas del CERN abrió la puerta a conjeturas —por no hablar de la gran cantidad de teorías de la conspiración— al optar por el particular diseño del logotipo", afirma.
7. La curiosa elección de la localización geográfica
De entre todas las especulaciones y teorías conspiranoicas que rodean el Gran Colisionador, destaca la relacionada con su ubicación en Saint-Genis-Pouilly, una comuna francesa en la región de Ródano-Alpes. Muchos apuntan a que el lugar escogido no es casual, debido a que 'Pouilly' viene del latín 'Appolliacum' y se cree que en la época romana existía en ese lugar un templo en honor a Apolo con una puerta de entrada al inframundo.
"Los líderes religiosos —siempre recelosos de los objetivos del mundo científico— establecieron una conexión con un verso sacado de las Revelaciones (9: 1-2, 11), que hace referencia al nombre 'Apollyon'. El versículo dice: 'A él se le dio la llave del pozo del abismo. Y él abrió el pozo del abismo (...) Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego Apolión'", cuenta Bridge.
8. En busca de la materia oscura
El CERN se ha
involucrado en la carrera por encontrar las esquivas partículas o fenómenos responsables de la materia oscura (23%) y la energía oscura (73%). "En esencia lo que el experimento del CERN espera lograr es separar a través del acelerador de partículas la materia oscura invisible, que ha sido descrita como el pegamento de unión, de la visible. Solo hay un problema: nadie sabe cuáles serán las consecuencias si se logra ese objetivo", destaca.
9. Una deidad de la destrucción como mascota corporativa
Aunque la mayoría de las compañías evitan cualquier conexión con la religión y el mundo espiritual, el CERN ha escogido como mascota a un dios hindú. Justo a las afueras del edificio se encuentra una antigua estatua de Shiva, antigua Apollyon, el dios de la destrucción.
Diosa Shiva colocada en la entrada de CERN
10. No hay debate democrático
En vistas a su próxima colisión atómica, que está programada para el próximo mes, apenas se ha mencionado a los medios de comunicación los riesgos que podrían estar implicados, a pesar de que gran parte de la comunidad científica alerta de que podría ser más peligrosa incluso que las pruebas que se realizaron previamente a la introducción de la bomba atómica.
"Por desgracia, e irónicamente, el CERN —que esencialmente se gobierna a sí mismo como su feudo— funciona de manera tan invisible como las partículas que intenta estudiar", sentencia Bridge.