domingo, 31 de agosto de 2014

la primera bestia del apocalipsis identificada







1. Apocalipsis 1:1. El libro de Apocalipsis es "la revelación de Jesucristo... para manifestar... las cosas que deben suceder". "Revelación" es el término inspirado que fija con precisión el contenido de Apocalipsis. "La revelación de Jesucristo."

a) ¿Quién es el autor de esta "revelación" ? El Versículo Uno lo identifica como Jesucristo mismo , pues dice "la revelación de Jesucristo " .

b) ¿Qué propósito motiva a Jesucristo a dar esta "revelación" ? También esta pregunta se contesta en el Versículo 1: Jesucristo desea "manifestar... las cosas que deben suceder". Allá en el Siglo I, cuando aún estaba vivo el apóstol Juan, Jesucristo previo, desde su trono en el cielo, "las cosas" que, para aquel tiempo, pertenecían al futuro. No habían sucedido aún, pero acontecerían en el futuro después de la fecha en que Juan recibió "la revelación". "Deben suceder", es decir, Jesucristo, mirando desde aquel día a través de los siglos venideros de la Era Cristiana, discernía claramente "las cosas" que iban a suceder. Ya que las veía, pues debían suceder. Indefectiblemente, iban a suceder, no porque Dios las hubiese preprogramado meticulosamente hasta el último detalle y segundo, predestinándolas, sino simplemente porque su capacidad de previsión no fallaba. Las veía como si hubiesen ocurrido ya porque tuvo a bien, así lo entendemos, descubrir en el futuro personajes, entidades y eventos que impactaran a su pueblo, comunicando proféticamente a la iglesia lo que vio.

2. Apocalipsis 1:3. "Las palabras de esta profecía." Esta expresión también pone de relieve el contenido céntrico de Apocalipsis. Fundamentalmente, su contenido es de "profecía", en contra distinción a revelaciones básicamente hortatorias (de exhortación), consoladoras o doctrinales.

II. El valor de Apocalipsis para quien lo lee. En esta sección también explicamos el origen de nuestro "Análisis de las profecías y visiones", y la meta que perseguimos en su desarrollo.

A. El valor de Apocalipsis. Muchísimas personas que leen aunque sea solo una porción de Apocalipsis opinan que el libro es demasiado difícil de entender, aun indescifrable en las partes de alto contenido metafórico. Pronto se desorientan en su estudio, desanimándose, al tropezar con tantas exóticas figuras retóricas. No faltan exclamaciones tales como: "¡Leer o estudiar ese libro es una pérdida de tiempo!" "Cada comentarista interpreta el libro a su manera, presentando casi todos y cado uno explicaciones contradictorias" . Pues bien, a la verdad, el libro no es fácil. Sin embargo, desde el primer versículo se destaca su importancia y valor para el lector, y por ende, se infiere que entenderlo no es totalmente imposible.

1. Apocalipsis 1:3. "Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas..." ¿Se da cuenta? ¡Leer u oír "las palabras de esta profecía" trae bienaventuranzas! Pero, ¿cómo recibir bendiciones si casi todo el libro es, conforme a la apreciación de no pocos, un misterio envuelto en un enigma? ¿Cómo guardar "las cosas" de este libro si no son entendibles? ¿Con qué lógica "manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto" (Apocalipsis 1:1) si estas "cosas" no son comprensibles?

2. Apocalipsis 22:7 y 9. "Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro." El ángel que mostraba al apóstol Juan "estas cosas" se identifica diciendo: "Yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los guardan las palabras de este libro" (Apocalipsis 22:9). Recalcamos: ¿cómo guardarlas los humanos, o siquiera los ángeles, si no se pueden entender?

3. Apocalipsis 22:16. Apocalipsis fue dado por Dios para "testimonio... en las iglesias" (Apocalipsis22:16). Pero, si este "testimonio" no es entendible, ¿con qué lógica darlo "en las iglesias"?

4. Apocalipsis 19:10. "El testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía" (Apocalipsis 19:10). Esto quiere decir, a nuestro entender, que "la profecía", y por inferencia, su real y fiel cumplimiento, figura notablemente en el "testimonio" que Jesús da "en las iglesias" , y como orientación o aviso para el mundo inconverso. Pero, este "testimonio de Jesús" solo trae confusión y hasta burla de resultar totalmente incomprensible. Lo mismo que hablar "lengua extraña", sin interpretarla, en presencia de quien no la entiende (1 Corintios 14:9-11, 27-28).
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