Ha pasado ya medio año desde que Kiev iniciase en el este de Ucrania una operación, "antiterrorista" por un lado y "punitiva" por otro, que deja ya un saldo de entre 3.000 y 5.000 muertos, según distintas fuentes.
Entre las víctimas de la ofensiva se encuentran civiles, militares del Ejército ucraniano y de las milicias, así como los pasajeros del Boeing malasio MH17, derribado cerca de Donetsk el 17 de julio.
Los expertos encuestados por esta agencia coinciden en que el conflicto no se arreglará antes del primer trimestre de 2015, y que después se enquistará, convirtiéndose en una "guerra blanda" que se alargará durante varios años. Todo ello a pesar de la tregua pactada en septiembre, que se cumple sólo a medias.
Como comenzó todo
El 13 de abril de 2014, hace exactamente medio año, Alexandr Turchínov, por entonces presidente interino de Ucrania, anunció el inicio de una operación especial contra las milicias que habían tomado edificios administrativos en las provincias de Donetsk, Lugansk y Járkov, exigiendo su desarme y el desalojo de los inmuebles ocupados.
Dos días después, más de dos mil militares del Ejército ucraniano cercaron la ciudad de Slaviansk (provincia de Donetsk) equipados con armamento pesado y artillería, calificando ellos mismos la operación como "punitiva", dada su considerable superioridad numérica.
Las milicias se vieron obligadas a defenderse. El 29 de abril tomaron el control de la sede de la Administración de Lugansk y el 1 de mayo, el de la Fiscalía local.
Tras la celebración el 11 de mayo de dos referendos, los habitantes del este de Ucrania proclamaron la independencia de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, dando lugar a una unión que denominaron Novorrusia.
El espíritu combativo de las milicias contra las armas del ejército
Un representante de los independentistas y una fuente del ministerio de Defensa de Ucrania coinciden en afirmar, en declaraciones a esta agencia, que ambas partes en conflicto utilizan armas de la época soviética. Además, las tropas de Kiev disponían de armas pesadas y aviación, que les otorgaban superioridad técnica desde el comienzo de la operación especial.
Sin embargo, durante este medio año, el 70% de esas armas han sido destruidas. El presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, trató de compensar esas pérdidas con suministros llegados de Europa del Este, en particular de Polonia, opina el experto Ígor Korótchenko.
"En estas condiciones, Poroshenko se ha esforzado por conseguir armas de cualquier procedencia", precisó.
Los independentistas, al contrario, lograron mucho en este medio año. Aparte de municiones y armas, adquirieron experiencia militar.
"Los independentistas destacan por su moral, por las acciones coordinadas y por el bagaje militar de sus comandantes", señaló el experto.
"Toda ucrania busca la paz"
Tras pactar un alto el fuego durante una reunión en Minsk del Grupo de Contacto para Ucrania, en la que participaron también Rusia y la OSCE, el día 19 fue aprobado un memorando de paz para garantizar el cumplimiento del armisticio. El acuerdo sobre el alto el fuego es incondicional y las partes se comprometen a mejorar la situación humanitaria en la región.
"Todo el mundo busca la paz, toda Ucrania, incluidos los millones de habitantes de Donbás", declaró Porshenko, que subrayó que "se debe hacer todo lo humanamente posible para cesar los sangrientos enfrentamientos y poner fin al sufrimiento de la gente".
Sin embrago, los expertos encuestados por esta agencia no creen que la tregua acordada se esté cumpliendo completamente.
Así, el experto de la Asociación de Politólogos Militares, Alexandr Perendzhíev, opina que el alto al fuego no durará más de una semana.
"No creo que la tregua dure mucho, las acciones militares se reanudarán. No le doy más de cinco días",
explicó.
Más de 330 víctimas durante "la tregua"
La primera noche tras el anuncio de la tregua se informó que los bombardeos continuaban, aunque en general fue más tranquila que las anteriores.
La última esperanza de que la paz se establezca en Donbás se truncó cuando Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos publicó un demoledor informe sobre el estado de la tregua.
"Desde mediados de abril hasta el 6 de octubre murieron 3.660 personas y 8.756 resultaron heridas. Desde el anuncio de la tregua, entre el 6 de septiembre y el 6 de octubre, se registraron 3.331 muertes", detalla el informe.
Pese a los informes diarios sobre el número de fallecidos y heridos, ni las partes en conflicto ni la comunidad internacional reconocen las violaciones del alto al fuego.
"Ucrania nunca reconocerá a Novorrusia"
Antes del anuncio oficial de la tregua, el presidente de la Academia rusa de Asuntos Geopolíticos, Konstantín Sivkóv, vaticinó que el conflicto terminaría en el plazo de un año, con la victoria de Novorrusia.
Precisó que el bajo nivel del mando militar de Ucrania ha conducido a la situación desastrosa en que se encuentra el Ejército en el este del país.
Está convencido de que el conflicto se convertirá en una "guerra blanda", que se decidirá a corto-medio plazo.
Lo único que podría suavizar el conflicto sería que las partes entiendan que los combates sólo traen más víctimas.
El jefe del Instituto Pronósticos Militares, Anatoli Tsiganok, opina que al pactar la tregua ambas partes eran ya conscientes de que no duraría mucho.
El experto considera que los combates se interrumpirán durante el invierno, debido a que los caminos será intransitables para los tanques, pero cree que en primavera se reanudarán las hostilidades.
También indicó que "Ucrania nunca aceptará voluntariamente a Novorrusia" y que ambas partes seguirán vengando la muerte de sus parientes en el conflicto.
"El este de Ucrania será una espina clavada para el país, de la misma forma que la Franja de Gaza lo es para Palestina", afirma Tsiganok, que opina que la onda expansiva del conflicto se alargará durante más de un lustro.
Fuente: rianovosti/antonio marco mora hervas
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