La Casa Blanca siempre se enorgullece de no desaprovechar una buena crisis en su propio beneficio.
Y parece que el brote de Ébola que azota África occidental es la oportunidad perfecta para alcanzar uno de sus más ansiados objetivos: construir una presencia militar estadounidense en África que contrarreste la creciente inversión China y su influencia en el continente.
No deja de ser curiosa la forma en que EEUU ha ofrecido ayuda a la región ante el desastre del Ébola: un incremento de personal militar en la región, formado por 3000 fuerzas estadounidenses que se unirán al Mando de África de EEUU, también conocido como AFRICOM.
El objetivo declarado de esas fuerzas, de acuerdo con un comunicado de la Casa Blanca, es establecer un Comando Conjunto de la Fuerza con sede en Monrovia, Liberia, para “proveer un mando regional y un apoyo de control… y facilitar la coordinación con el gobierno de Estados Unidos y los esfuerzos internacionales de socorro”
El plan de Obama para luchar contra el Ébola en África occidental implicará una inversión de 500 millones de dólares, que se añadirán a los gastos de las conocidas como “Operaciones de Contingencia en Ultramar”. Incluso algunas estimaciones dicen que el coste real se elevará a los 750 millones de dólares.
Ciertamente, el personal militar enviado a África puede ayudar a contener el brote de Ébola, pero también es evidente que puede haber otros motivos ocultos para su despliegue…
LA GUERRA ECONÓMICA POR CONTROLAR ÁFRICA Y SUS RECURSOS
Recordemos que en agosto, el Banco Mundial declaró que el crecimiento económico en la zona del África Sub-Sahariana, rica en recursos naturales, aumentó en un 4,7% en 2013 y se estima que se elevará hasta un 5,2% a finales de 2014. Ese crecimiento económico se ha debido, en gran parte, a la inversión internacional en recursos naturales e infraestructura, según señala el Banco Mundial.
Por su parte, el Washington Post informó en agosto que en los últimos años, China “se ha convertido, sin lugar a dudas, en el más formidable de los inversores extranjeros en África”, pues en 2009 China superó a los EE.UU. como mayor socio comercial de África.
Los datos son reveladores: el comercio de China con los países africanos doblaba prácticamente al de los EE.UU. en 2013. China realizó negocios por un valor de 200 mil millones de dólares ese año, en comparación con los alrededor de 110 millones de dólares en negocios entre África y los EE.UU. en el mismo periodo.
En agosto, el ex presidente Bill Clinton apuntó las posibilidades de crecimiento de Estados Unidos en África durante una mesa redonda con los principales ejecutivos de Wal-Mart, General Electric, Dow, el conglomerado industrial Dangote Group con sede en Nigeria y el holding de inversión Sudafricano Shanduka Group.
“Me parece que sólo hemos arañado la superficie acerca de lo que podríamos y deberíamos estar haciendo en la región y creo que estamos perdiendo el tren”, dijo Clinton, según informa el Washington Post. “Debemos entender que ésta es una gran oportunidad para las empresas estadounidenses”
El gobierno de Obama ya trató de ampliar la influencia de EE.UU. en los países Africanos, cuando se convirtió en el anfitrión de una cumbre de África y viajó al continente el año pasado.
Paralelamente, la secretaria de Comercio, Penny Pritzker, dobló la presencia de su departamento en África, llevando oficinas de Comercio a un total de ocho países africanos.
Sin embargo, esa cifra palidece en comparación con las oficinas comerciales de China, establecidas en 54 naciones africanas.
¿SERÁ UTILIZADO AFRICOM PARA EXPANDIR LA INFLUENCIA DE EEUU EN ÁFRICA?
Oficialmente, la misión de Africom debe ser: “colaborar con socios internacionales y otras agencias para desarrollar las capacidades de defensa, responder a crisis y disuadir y derrotar amenazas transnacionales, con el fin de promover los intereses nacionales de EEUU y promover la seguridad regional, la estabilidad y la prosperidad”
Pero como señaló en 2012 el periodista Dan Glazebrook, del periódico The Guardian, el vicealmirante Robert Moeller, declaró en una conferencia del año 2008 que Africom puede tener otros objetivos establecidos.
Moeller declaró en una conferencia del Africom en Fort McNair, el 18 de febrero de 2008, que la misión también tenía como objetivo principal:“preservar el libre flujo de los recursos naturales de África hacia el mercado global”
En un artículo de opinión del año 2010, en la revista Foreign Policy, titulado “La verdad sobre Africom”, Moeller afirmó: “Que nadie se lleve a error. El trabajo de AFRICOM es proteger las vidas estadounidenses y promover los intereses estadounidenses”
Aún así, y de forma un poco contradictoria, Moeller escribió que la misión principal del Africom era coordinarse con las naciones africanas y expresó su temor de que la misión fuera expandir el dominio estadounidense en la región.
“No, el ejército estadounidense no está tratando de apoderarse de África”, escribió Moeller.
Algunas personas hablan asimismo de una conspiración por derrocar a Muammar Gaddafi en Libia, pues sería el líder de facto del movimiento panafricano y representaba un obstáculo importante a la hora de ampliar la influencia occidental en el continente.
Gaddafi fue el mayor inversor africano en la región y ayudó a impulsar la creación de la Unión Africana, que se compone de 54 estados africanos. También pretendía crear una moneda africana común y un pasaporte común.
La revolución en Libia del año 2011 que acabó con Gaddaffi, fue asistida por la OTAN y dirigida en gran parte por AFRICOM.
Glazebrook reivindica en su artículo en The Guardian que “echando a Muammar Gaddafi, Africom había eliminado al adversario más feroz de su proyecto”
Continúa Glazebrook: “Se estima que la Libia de Gaddafi había invertido unos 150 mil millones de dólares en África, a menudo en proyectos de infraestructura y desarrollo social y esta generosidad le sirvió para comprar muchos amigos, particularmente en las naciones más pequeñas. Mientras Gaddafi mantuviera este nivel de influencia en África, el Africom estaba destinado al fracaso”
¿EL ÉBOLA MARCA EL COMIENZO DEL PROYECTO DE AFRICOM?
Hasta que apareció el brote de Ébola en África occidental, el Africom sólo contaba con aproximadamente 2,000 efectivos asignados, con la sede del comando ubicada en Stuttgart, Alemania.
Gracias a la Directiva del Ébola de Obama, ahora se enviarán 3.000 efectivos a una base en África, estableciendo específicamente un nuevo Mando Conjunto de la Fuerza en Monrovia, Liberia, en colaboración con socios internacionales.
Un logro largamente ansiado, pues el objetivo a largo plazo de Africom siempre fue establecer una base importante y permanente en territorio Africano.
Recordemos que la expansión de las misiones de Africom también fue considerada a principios del año 2012, cuando los EE.UU. enviaron 100 Fuerzas Especiales con la supuesta misión de cazar al infame criminal de guerra James Kony (enmedio de una gran maniobra de propaganda mediática en EEUU, de la que poco llegamos a oir hablar en Europa).
Curiosamente, una reciente encuesta realizada acerca de la actitud de los países africanos, mostró que tan sólo una crisis como la del Ébola podía ayudar a persuadir a los países escépticos del continente a aceptar una mayor presencia de AFRICOM.
Y casualmente, eso es exactamente lo que ha sucedido…
En el año 2010, el encuestador y politólogo A. Carl LeVan analizó más de quinientas noticias sobre África, descubriendo, tal y como expone en sus conclusiones que “el apoyo de los diferentes países a AFRICOM, se correspondía con una mayor dependencia de éstos a la ayuda externa y que los países que disfrutaban de mayores niveles de crecimiento con menor ayuda extranjera, eran los más críticos con la presencia de AFRICOM”
LeVan destacó la fuerte influencia que tenían los medios de comunicación Africanos a la hora de apoyar u oponerse a un aumento de la presencia de Africom.
Pero sin embargo, esa influencia puede tener los días contados.
El mes pasado, la agencia de noticias All Africa informó que los países africanos estaban tomando medidas enérgicas contra los medios de comunicación, enmedio del actual brote de Ébola, lo que conllevó las quejas de la prensa y de los activistas locales por los derechos civiles.
Artículo escrito por Aaron Klein para WND
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