Muchos se preguntan si es compatible es Islam con la democracia y los derechos humanos. Lo cierto es que hay pocos ejemplos para ser optimistas, aunque hay un país que se escapa a esto: ¡Túnez! El país donde empezaron las primaveras árabes y que consiguió deponer a su dictador, Abidine Ben Ali, es una excepción.
Su última constitución, aprobada en 2014, garantiza la libertad de culto y expresión además de la igualdad entre hombres y mujeres. Precisamente por esto, Túnez se ha convertido en uno de los principales objetivos del DAESH habiendo asesinado ya a 73 personas en 3 atentados terroristas.
Esto nos lleva a plantearnos algunas preguntas: ¿Sobrevivirá la democracia tunecina en un entorno tan hostil? ¿Puede Túnez convertirse en un modelo para sus países vecinos? En este vídeo tratamos de dar respuesta a estos y más interrogantes.
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