Ante este inminente golpe represivo, a las organizaciones, colectivos y personas a título individual verdaderamente demócratas y antifascistas, se nos plantea la necesidad de iniciar una campaña para exigir la libertad de nuestro compañero, artista y activo militante por los derechos y libertades democráticas que nos niegan día a día.
Recientemente hemos conocido que la fiscalía está presionando al Tribunal Supremo para que ratifique la condena contra Pablo Hasel y sea, definitivamente, encarcelado. Eso quiere decir que en cuestión de poco tiempo, si la solidaridad no lo evita, nuestro compañero ingresará en prisión por denunciar en sus canciones y tuits la cruda realidad del fascismo del Estado español, camuflada bajo el nombre de democracia.
Ante este inminente golpe represivo, a las organizaciones, colectivos y personas a título individual verdaderamente demócratas y antifascistas, se nos plantea la necesidad de iniciar una campaña para exigir la libertad de nuestro compañero, artista y activo militante por los derechos y libertades democráticas que nos niegan día a día. El Estado se ha ensañado con él porque está organizado y, mediante su arte, ejerce una importante labor de concienciación pero tenemos que asumir que este ataque va dirigido hacia todos nosotros, el conjunto de los trabajadores y demás sectores populares, con un mensaje muy claro: ”os arruinaremos la vida y tenéis prohibido protestar por ello”.
Somos realistas y no nos creamos falsas esperanzas. Es una situación compleja y sabemos que es difícil evitar su ingreso en prisión pero no es imposible y ahí es donde nos aferramos para luchar por su libertad. De hecho, es posible porque a lo largo de la historia existen múltiples ejemplos que demuestran cómo la solidaridad puede conseguir victorias. El último, por poner solo uno, es el caso de Jorge, que iba a entrar en prisión por intentar impedir un desahucio y gracias a ésta se ha conseguido que suspendieran la sentencia.
Con un potente movimiento solidario, organizado en torno a unos principios mínimos como la amnistía total, se podrían evitar muchos de los atropellos y reveses que el movimiento popular estamos recibiendo o, por lo menos, hacer que éstos no quedaran impunes. Pero éste ha de ser un movimiento real y que sea capaz de movilizar a la gente. No es suficiente con la solidaridad virtual, aunque no está de más, pero sabemos que el apoyo o la frustración expresados en las redes sociales no cambia ni cambiará nada. Lo único que evitará su ingreso en prisión es la presión en las calles, haciendo saber al régimen que encerrarlo les saldrá más caro que si está fuera de la cárcel. Y ese es el único lenguaje que los opresores entienden. De nosotros y nosotras depende.
Por eso, desde la Plataforma Libertad Pablo Hasel hacemos un llamamiento a la movilización contra el posible encarcelamiento de Pablo y animamos a utilizar todos aquellos medios y herramientas para denunciar el caso, difundirlo entre nuestra gente y tratar de impedir esta nueva condena. Finalmente, también informamos de que la Plataforma organizaremos una reunión el día 15 de febrero a las 20h en el Alberg Sant Anastasi (Lleida) para abordar los pasos a seguir de aquí en adelante.
¡SÓLO LA SOLIDARIDAD LLEVADA A LOS HECHOS ES EFECTIVA!
¡LIBERTAD PABLO HASEL!
¡AMNISTÍA TOTAL!
¡LIBERTAD PABLO HASEL!
¡AMNISTÍA TOTAL!
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