En El Quinto Elemento, Zorg nos da una clase magistral sobre cómo funciona el capitalismo de desastre: destruir para ganar. Lo que en la ficción es un villano, en la realidad es un sistema que prefiere el caos y la muerte porque eso genera beneficios.
Guerras, pandemias, desastres naturales... todo lo que podría prevenirse se deja avanzar porque la prevención no da dinero, pero la reconstrucción sí. Es la doctrina del shock, un modelo que convierte el sufrimiento en cifras, el dolor en dividendos, y el trauma colectivo en una excusa perfecta para imponer reformas que jamás aceptaríamos en tiempos de calma.
¿El ejemplo más reciente? La DANA en Valencia. Sabíamos que iba a pasar, sabíamos que la prevención podía evitar la tragedia, pero la reconstrucción llena bolsillos, mientras prevenir no da rédito político ni económico.
En un sistema así, los Zorg del mundo son psicópatas sin escrúpulos, dispuestos a ver el mundo arder si eso significa mantener sus beneficios. La pregunta es clara: ¿seguimos siendo marionetas de su juego o les plantamos cara?
Fuente: SpanishRevolution
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