Los tanques no hicieron falta porque con las fuerzas del orden, ya se bastaban para tener al pueblo preso.
Todos los k no nos creíamos sus mentiras y salíamos, éramos insultados desde los balcones por borregos sumisos.
Las fuerzas del orden nos trataban como si fueramos asesinos.
Cada detención era una violación.
Un fenómeno ha emergido a la par que la pandemia. Son vecinos angustiados y cabreados que se erigen en autoridad y lanzan advertencias, reproches y amenazas a cualquier persona que ven por la calle y cuyo comportamiento juzgan irregular. A los protagonistas de estas conductas se los ha bautizado de múltiples maneras: “Policía de balcón”, el “sheriff de la escalera” o el “ciudadano vigilante”. Las datos corroboran que los ciudadanos están más alerta que nunca.
Fuente: internet
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