El resurgimiento del machismo entre los más jóvenes a través de las redes sociales centra las preocupaciones del feminismo vitoriano
En un momento en el que, según el Centro Reina Sofía, un 20% de los jóvenes creen que la violencia machista no existe, el feminismo vitoriano asume que los segmentos de menor edad son ahora el nuevo campo de batalla. Sin embargo, no basta con la calle. «Esto va a ser una lucha constante. Está guay eso de luchar en las calles, de movernos para pedir derechos. Pero lo que no se ve, lo que está detrás de una pantalla, lo que nadie puede controlar, es lo que más miedo da», resumía Mireia Alonso, integrante de Ikasle Sindikatua. A sus 22 años, aseguraba que el resurgimiento del machismo en la 'generación Z' (aquellos nacidos entre 1997 y 2012) incluso ha plantado cara en espacios tradicionalmente controlados por el feminismo como la propia universidad. «En el campus y en centros de FP nos encontramos panoramas de cara al 8-M o el 25-N que dan miedo. Están echando para atrás a muchos de nuestros movimientos», denunciaba en la plaza de San Antón.
María José Crespo también es consciente de esta nueva amenaza. «Hay mucha desinformación. Creen que queremos poder. Deseamos ser iguales». Mientras apuraba los minutos antes de la manifestación con sus amigas Kayla y Ginet, María José atribuía a las redes sociales -que «están fatal»- esa desmovilización de los chicos. «Hay vídeos que salen, se hacen virales y que son una bestialidad contra la mujer. Y son los más vistos. No lo llego a entender», lamentaba.
En casa, aseguraba que transmitir ese legado a la pequeña Paula es sencillo. «Al no tener una figura paterna y autoritaria, pues esto me lo quito. Lo tengo muy fácil en este sentido: mamá y ella pueden con todo. Arreglamos grifos, pintamos... hacemos todo. Hay que poner interés, nada más. Y que ella estudie lo que quiera. Como si quiere ser maquinista; es su profesión. Ella sabe que en casa se puede hacer lo que quiera, tiene libertad en todos los sentidos», relataba.
Brecha salarial y conciliación
Adriana Arizmendi coincidía con las apreciaciones de Crespo y apunta al papel de algunos 'influencers' que promueven el negacionismo en las redes. «Dicen que emborrachan a una tipa para tener relaciones sexuales y que no pasa nada, no le van a denunciar», explicaba.
Este frente, el de los jóvenes, se suma a otros como el tratamiento judicial de los casos de violencia machista: «En el caso de Errejón parecía que el juez fantaseaba haciendo preguntas obscenas. Ese tipo de preguntas no se le hacen a un hombre», afirmaba, visiblemente molesta, Arizmendi. Y a eso hay que añadir reivindicaciones históricas del movimiento como «la brecha salarial o la conciliación familiar». «Todavía no se ha tocado ese tema. Los horarios siguen estando igual. Tienes que pedir la reducción de jornada y muchas empresas no te la dan. Hay empresas que siguen sin colaborar».
Fuente: El Correo/TVE
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