La decadencia mental no siempre se manifiesta de forma evidente. A menudo opera en silencio, normalizando la desconexión, la sobrecarga de estímulos y la pérdida del pensamiento profundo. Sin embargo, comienzan a emerger señales de ruptura, impulsadas por una nueva forma de conciencia que se aleja del ruido y busca sentido en lo esencial. Este análisis rastrea los síntomas de un sistema en declive y revela los indicios de una transformación silenciosa pero imparable.
Fuente: Escéptico
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