El 2 de marzo se cumplen 44 años desde la puesta en funcionamiento de la central nuclear de Santa María de Garoña en 1971, central cerrada desde diciembre de 2012 para la que Nuclenor -Iberdrola y Endesa- han solicitado al Ministerio de Industria su reapertura hasta 2031. Solicitud inédita ya que nunca se había solicitado una autorización de operación para más de 10 años y jamás se había planteado la explotación de un reactor hasta los 60 años.
Tras la publicación en el BOE del cese definitivo de explotación de Garoña en julio de 2013, el gobierno del Partido Popular aprobó un Real Decreto en febrero de 2014 que convertía el cierre definitivo en provisional, retorciendo hasta el paroxismo la legislación mediante sucesivos decretos de dudosa legalidad que han abierto las puertas a una reapertura, no por descabellada, extemporánea e innecesaria, menos verosímil.
Se están dando todos los pasos para la reapertura de una central gemela de Fukushima, con el mismo tipo de reactor, sistema de contención, fabricante y fecha de puesta en funcionamiento. Esta situación es aún más alarmante si tenemos en cuenta los múltiples problemas técnicos que acucian la seguridad de la vetusta instalación, como el desaconsejado sistema de contención para el caso de accidente, los derivados del sistema de refrigeración mediante toma directa de agua del Ebro, la colmatación de la piscina de residuos radiactivos o el estado de la vasija del reactor, tras la reciente aparición de grietas en dos reactores belgas que han provocado su cierre inmediato y cuyo fabricante es el mismo de Garoña.
No existe justificación para poner en juego la seguridad, el futuro y la vida de quienes vivimos en el radio de acción de la central, máxime cuando hablamos de una instalación de primera generación, largamente amortizada, innecesaria de cara al suministro eléctrico y que ha resultado irrelevante a la hora de establecer el precio de la factura eléctrica.
Desde la Iniciativa Araba sin Garoña continuamos con el compromiso adquirido en 2012 junto a más de 250 entidades de todo tipo en la Declaración del Ogeta, donde se instaba “a la representación política alavesa y a las instituciones estatales competentes, a emprender las actuaciones necesarias para hacer respetar la voluntad popular mayoritaria de la sociedad alavesa”.
Ante la actual situación de emergencia, hacemos un llamamiento a la ciudadanía alavesa a participar en una gran movilización el 28 de febrero, que partirá a las 7 de la tarde desde la plaza de la Virgen Blanca, e invitamos a mostrar su adhesión a la misma a todos los sectores presentes en el territorio histórico de Araba.
INICIATIVA ARABA SIN GAROÑA
