A raíz de la masacre de Paris, el ministro de Defensa francés, Jean-Yves Le Drian hizo la siguiente declaración, que puede considerarse como altamente significativa:
Repitamos la base de este argumento tan grave: “no hay una línea divisoria entre la amenaza externa y la amenaza interna”
Estas declaraciones fueron realizadas con el fin de justificar la mobilización de más de diez mil soldados en el interior de Francia, con el supuesto fin de garantizar la seguridad y a la vez, como base argumental para justificar el papel militar francés en la expansión de las guerras neocoloniales lideradas por Estados Unidos en el Medio Oriente y otras regiones del planeta.
Es decir, para justificar la actuación interior y exterior a la vez, como si fueran una misma cosa, a la vez que se unifica el papel de la policia y del ejército en el imaginario común, primer paso indispensable para la creación de un cuerpo de policia totalmente militarizado.
Este argumento, basado en la difuminación de las diferencias entre la amenaza interna y externa, que la mayoría de la gente se ha tragado impávidamente y sin rechistar, recuerda poderosamente a una declaración histórica realizada por nada más y nada menos que…Adolf Hitler.
Hitler utilizó el mismo argumento para justificar su ascenso al poder y para la posterior militarización de Alemania, tanto en los conflictos externos, como en la represión de sus opositores internos:
Sustituyan ustedes a los estudiantes rebeldes por “jóvenes islamistas radicalizados”, sustituyan comunistas por “terroristas jihadistas” y a la Unión Soviética por “Estado Islámico o al-Qaeda”…et voilà, ya tienen ustedes la actualización del discurso de Hitler lista para ser utilizada en nuestro mundo de “libertades occidentales” y “democracia”.
Es cierto, las circunstancias actuales no son en absoluto comparables con las de la Alemania nazi…sin embargo, la lógica del argumento es la misma: “no hay línea divisoria entre la amenaza interna y la externa”, que también podría traducirse como “el enemigo está en todas partes”
La historia nos ha enseñado, una y otra vez, que el primer paso hacia la tiranía se produce cuando “no hay línea divisoria entre la amenaza externa y la amenaza interna”…y cuando no hay libertad de expresión o de manifestación.
Afortunadamente, argumentarán muchos, en el mundo occidental sí disfrutamos de libertad de expresión y de manifestación, a diferencia de la Alemania nazi…¿o quizás no?
La detención del humorista francés Dieudonné por supuesta apología del terrorismo por el simple hecho de publicar un comentario burlesco en Facebook, junto a 54 personas más, ¿puede considerarse libertad de expresión?
Las graves restricciones al derecho de manifestación impulsadas por el gobierno español, a través de la conocida como “Ley Mordaza” ¿respetan el derecho de manifestación y la libertad de expresión?
¿Alguien es capaz de mencionar un país occidental en el que en estos momentos no se estén recortando los derechos y libertades de la población?
¿Es que nadie se da cuenta de hacia dónde nos vamos acercando, paso a paso?
Deberíamos preocuparnos muy seriamente cuando los estados occidentales y presuntamente democráticos de los que formamos parte, utilizan las mismas lógicas argumentales que Adolf Hitler…¿no creen?
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