domingo, 8 de septiembre de 2013

¿quien esta detras del suculento negocio de los libros de texto?

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Aunque la Constitución de 1978 dice garantizar el derecho de los niños y  jóvenes españoles al estudio y determina, asimismo, que la Enseñanza básica será necesariamente obligatoria y gratuita, casi dos cuartas partes de las familias españolas no podrán asumir este principio de curso  la inversión que supone el retorno de sus hijos a las aulas.
En medio de la vorágine de una crisis económica  que no tiene precedentes en este país en los últimos 100 años de su historia, las familias se ven ante la  imposibilidad de afrontar los astronómicos gastos que supone  este fatídico mes de septiembre con  la compra de los libros de texto.
¿A qué razones obedece el insufrible dispendio por el que deben pasar cada principio de curso las familias del Estado español para comprar los libros de texto de sus hijos? ¿Por qué enEspaña nos se sigue ni de lejos  el modelo de otras escuelas públicas europeas en las que son los Centros educativos los que se encargan de garantizar el traspaso de los libros  de una promoción de alumnos a  a otra? ¿Qué es lo que se  esconde tras este sistema irracional que condena a las familias perennemente al consumo inacabable de libros de texto a lo largo de toda  una generación?  Las respuestas a estas preguntas hay que encontrarlas, sin duda,  en cómo se articuló la fundación  y  establecimiento  de las primeras grandes  editoriales de los libros de texto durante la dictadura franquista.
Durante ese largo periodo, dichas editoriales terminaron convirtiéndose  en poderosos emporios económicos que dieron lugar a enormes fortunas. El desarrollo de esos colosos empresariales  se inició con  el concierto cómplice  entre las empresas editoriales   -la mayoría de ellas perteneciente a Congregaciones  religiosas católicas -, y las autoridades ministeriales, dando lugar al poderosísimo negocio  editorial del libro de texto que hoy conocemos.
Sin embargo,  nofue solo la Iglesia Católica en sus diversas variantes económicas la usufructuaria de los beneficios proporcionados por el  negocio del  libro de texto.   LaEditorial Santillana, propiedad del magnate ex falangista Jesús Polanco, fue el pilar preliminar sobre el que se sostendría  la actual empresa de la comunicación española, el poderoso Grupo PRISA.  Los centenares de millones de pesetas acumulados  a través de la venta de libros de texto permitieron  a la familia Polanco y sus adjuntos  la constitución del    mayor grupo de comunicación que ha conocido la España contemporánea. Partiendo de la constatación de este hecho es posible entender la importancia de la mercantilización de los libros que se ven obligados a utilizar nuestras más jóvenes generaciones.

LOS CURAS SE HICIERON CON LAS EDITORIALES DE LOS LIBROS DE TEXTO
Pero  las compañías religiosas católicas no se quedaron a la saga del desaparecido Jesus de Polanco.  Y es que el negocio del libro de texto tenía para la Iglesia no solo valores crematísticos, sino también “espirituales”. Al insertarse en el entramado editorial, la Iglesia mataba dos pájaros de un tiro: mantenía por una parte el control ideológico de su mensaje sobre la escuela y , a su vez, establecía una lucrativa inversión mercantil. Se trataba de una hábil y rentable  combinación en la que la Iglesia Católica tiene una experiencia milenaria .
Tal fue el caso, por ejemplo, del Grupo Editorial SM - Santa María- perteneciente  a  los Hermanos Marianistas, que hoy extiende sus tentáculos en más de nueve países de habla castellana.
O el de la Editorial EDEBÉ, promocionada por los reverendísimos Padres Salesianos, con filiales  en los países latinoamericanos  con  mayor influencia de la  enseñanza privada, como Chile, México, Argentina…
Algo similar le sucedió a la editorial Bruño, constituida por los Hermanos de La Salle, de procedencia francesa, que terminaría siendo vendida  por  los hijos del venerable San Juan Bautista de La Salle  al grupo galo Hachette Livre, contando naturalmente con la garantía de la continuidad de sus propietarios originales  en la participación en el negocio.
Tampoco los Hermanos Maristas   quedaron  desenganchados del apetitoso entramado del libro de texto.  A través de la empresa de su propiedad  Editorial Luis Vives se comprometieron  a  difundir lo que ellos denominan el “humanismo cristiano”, aunque la difusión de ese mensaje religioso les reporte,  asimismo, notables rentas  anuales.
La difusión del libro de texto tiene, pues,  para la Iglesia  dos vertientes bien definidas. Una les  permite continuar ejerciendo el  control ideológico de los educandos.  La otra – menos mística-  les facilita la  extracción de pingües beneficios en el área de la Educación.
Bueno es tener en cuenta ambos vértices a la hora de luchar contra este espectacular expolio que cada curso sufren las familias de las diferentes nacionalidades del Estado español.
Fuente: la verdad nos hara libres

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