MADRID // Una protesta vecinal del barrio de Gamonal (Burgos) ha vuelto a poner en entredicho la labor informativa de muchos medios de comunicación. Por omisión, descuido o intención han desinformado o manipulado la realidad haciendo que sea difícil para el ciudadano medio saber qué es lo que ha ocurrido en un barrio obrero de Burgos.
Existen varios niveles de análisis para determinar si el enfoque de la información ha sido adecuado y equilibrado para un reportaje sobre un conflicto como éste. La exigencia de un mínimo de objetividad de un informativo de un medio público como TVE puede analizarse a través de unos parámetros simples. Las causas del conflicto, las versiones de los sectores implicados y las consecuencias.
La información facilitada en TVE se ha limitado a hablar de los disturbios aludiendo a la protesta vecinal por la conversión de una calle en un bulevar que diera prioridad a bicicletas y peatones. No ha habido una explicación razonada de las causas y el contexto por el que un barrio como Gamonal lleva más de dos meses de movilizaciones y casi una semana de protestas. Los informativos de TVE solo comenzaron a informar el día 12 de enero, tras la segunda noche de disturbios e ignorando por completo que los vecinos llevaban al menos cinco días de manifestaciones ininterrumpidas sin causar ningún disturbio.
La Plataforma “Bulevar ahora no” llevaba realizando protestas desde antes de Navidad y las manifestaciones contra el Bulevar comenzaron el 7 de enero. En ningún momento TVE informó de estas anteriores protestas, de las motivaciones de los vecinos y del contexto en el que se habían desarrollado los disturbios. Solo los disturbios fueronnoticia y tan solo se dio cabida al discurso de uno de los implicados, el oficial. Es decir, se ignoraron las causas del conflicto y el relato de los que protestaban, dejando tan solo lugar a las consecuencias y al relato de las autoridades.
El telediario del día 12 a las 15:00 de la tarde abría en el sumario con los disturbios de Gamonal: “Segunda noche de altercados en Burgos por las protestas vecinales que han provocado destrozos en el mobiliario urbano. El juez ha dejado en libertad provisional a 16 de los 40 detenidos que permanecían en comisaría. Las protestas están motivadas por los planes del ayuntamiento de convertir parte de una calle en un bulevar priorizando la circulación de peatones y bicicletas y por el proyecto de construir un aparcamiento subterráneo”.
La primera información que se dio en los informativos de TVE sobre lo que ocurría en Gamonal predispone de manera negativa al espectador frente a los que protestan. Se altera el orden lógico de la información. Lo primero son los daños provocados por los vecinos, después la información sobre los detenidos y por último las causas sobre la protesta presentando la obra de una manera positiva. El lenguaje negativo se encuentra en la protesta y el positivo en las obras del bulevar.
En la pieza que se muestra después, la narración incide en estas características. La reportera enviada al lugar traslada la versión del ayuntamiento que, mediante un comunicado, anuncia que se calculará el coste de los desperfectos. Traslada la versión de una de las partes implicadas en el conflicto, la del ayuntamiento, y no se deja ningún espacio a la versión vecinal. La reportera se limita a transmitir la información facilitada por las autoridades y los daños que las protestas han causado.
La primera información que TVE traslada a los espectadores durante 88 segundos se limita a una versión de parte y a los daños que las protestas han causado. La información primera que sitúa al espectador en la noticia, tan importante en un medio audiovisual, deja de lado la versión de una parte. Por otro lado, todo lo que respecta a la movilización tiene connotaciones negativas, incluyendo términos como “actos vandálicos”, “disturbios” o “incidentes”. Se deforma la realidad con el denominado efecto lupa, centrar la culpa en una de las partes mediante la selección de los datos, el lenguaje utilizado, las imágenes utilizadas y la presencia desproporcionada de los implicados.
Tras el sumario, en el minuto 05:40, se da paso a la entradilla del presentador en el estudio. La información que da es la misma que aparecía sobreimpresionada en la pieza del sumario del comunicado del ayuntamiento. Redunda en la información de parte.
“En Burgos se evalúan los daños causados en el mobiliario urbano de los incidentes desde las dos últimas noches. Esta mañana ha habido una concentración de los vecinos del barrio donde se han producido los altercados. El juez ha dictado libertad para 16 de los 40 detenidos”
El paso a la reportera no cambia el tono y vuelve a incidir en el mensaje transmitido por el ayuntamiento de evaluar los daños causados por los actos vandálicos. La causa es de nuevo la transformación de la calle en un bulevar que de prioridad a los peatones y a los ciclistas.
La desproporción de la versión de las partes implicadas en el conflicto es evidente: de los 3 minutos y 7 segundos que dura la información relativa al conflicto, 1 minuto y 42 segundos se dedican a la versión de las autoridades, ayuntamiento, autoridades judiciales y policiales. Mientras que la versión vecinal se limita a 5 segundos y a informar de que los vecinos se reunirán en asamblea.
Narración desmesurada en La Sexta
En el informativo del día 13, La Sexta realizó un directo para narrar la última hora de la manifestación de los vecinos de Gamonal. Cuando conectaron, empezó a narrar una situación de forma exagerada que no se correspondía con lo que las imágenes mostraban.
“Un grupo de jóvenes está golpeando todo el mobiliario urbano, están bastante alterados, se vive mucha tensión. Están pasando con muchísima violencia”
Una de las características fundamentales de un informativo es que tiene que mostrar la realidad de la forma más veraz posible. En un informativo audiovisual, cuando las imágenes son tan evidentes, el hecho de narrar algo que no está sucediendo separa de forma brusca al espectador del informativo ya que se hace muy evidente la diferencia entre lo que se llama realidad y el conocimiento, tal y como explicaban Berger y Luckmann en La Construcción social de la realidad. Es posible que la reportera, en la subjetividad propia de cada individuo, sintiera lo que estaba narrando y no tenía intención de manipular la realidad. Pero la forma de transmitir la realidad alejada completamente de la veracidad de las imágenes dejó patente que no siguió el necesario proceso de comunicación que uniera de forma eficiente la narración con las imágenes.
Portadas de los medios
En lo que respecta a los medios escritos, existe una clara diferenciación entre los que han ignorado completamente el conflicto en sus primeras y los que han optado por una clara criminalización de los sucesos. El diario La Razónoptó el 13 de enero por un titular que unía los disturbios en Burgos con la palabra “aquelarre”, que fue la que usó el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, para referirse a la reunión de expresos de ETA que se celebró en Durango. El uso de esta terminología es una nueva muestra del periódico del grupo Planeta de unir cualquier conato de oposición al entorno de ETA, sea cual sea el origen, y sea cual sea el opositor.
En lo que respecta al Diario de Burgos se basó en la criminalización de la protesta y la difusión del discurso de las autoridades. Cabe recordar que el dueño del Diario de Burgos, el empresario Miguel Méndez Pozo, era el beneficiario de la contrata que construiría el Bulevar.
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Fuente: la marea
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