Si fueras un supervillano y tuvieras la taimada intención de exterminar la raza humana, ¿qué método escogerías? Ahí va un consejo: si tu intención es gastarte un dineral, tienes muchísimo tiempo y quieres desvelar tus planes a la primera de cambio, una opción muy razonable sería contratar una gigantesca flota de aviones para lanzar sustancias químicas desde las alturas con la intención de envenenar a los humanos en la tierra.
¿Suena descabellado? Puede ser, pero no olvides que eres un supervillano, con toda la pléyade de patologías y recursos ilimitados que ello implica.
La denuncia contra los llamados chemtrails (‘rastros químicos’, en inglés) ha pasado de ser una confabulación minoritaria y excéntrica a convertirse en el principio de un brote de clamor popular. Este cronista se topó accidentalmente con una manifestación contra las ‘fumigaciones ilegales’ en una plaza madrileña. Cuando unateoría de la conspiración salta de internet —su medio natural de incubación— a las calles, significa que hay que tomar cartas en el asunto, bien para intentar desactivarla, bien para sumarse a ella.
“Las estelas de condensación producidas por aviones (con-trail) son un fenómeno natural que apenas dura unos segundos. Solo se producen en raras ocasiones y circunstancias muy concretas: a partir de 8000 metros, -40º y humedad muy específica. Las estelas persistentes (chem-trail) son un “sistema de armas multipropósito”, reza el folleto repartido por los activistas, agrupados bajo el paraguas de la Asociación Nacional Española Cielos Limpios(ANECL).
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