Los trabajadores de la limpieza de Madrid no se han dejado doblegar por el fracasado órdago de la alcaldesa Ana Botella. Casi al límite de la hora prevista para que los piquetes de ´esquiroles municipales´, vía ETT, entraran en funcionamiento con todas sus consecuencias, el acuerdo con los trabajadores ha pasado de quimérico a necesario. Tanto, que son los operarios de la limpieza los que han avanzado un inminente fin de la huelga.
Parece que hay preacuerdo. Alcanzado en ´in extremis´ en una larga reunión que comenzó a las 18.00 horas de ayer y que buscaba a la desesperada desbloquear la situación generada en las negociaciones del convenio y como vía de solución al conflicto de la huelga indefinida en la limpieza viaria de la ciudad.
Ha sido una larga y dura tarde-noche de intensa negociación, acompañada de un incesante debate en las redes sociales y una gran tensión ciudadana generalizada. Sobre todo tras la amenaza de Botella de desplegar una falange de trabajadores contratados en condiciones mucho más favorables de las que se niegan a los barrenderos de Madrid en esta dura negociación.
En las primeras horas de la noche, las empresas concesionarias de la limpieza pública madrileña ofrecieron rebajar los despidos de 1.134 a 296, pero los sindicatos rechazaron el ofrecimiento y exigieron que no se produzca ninguna salida. Continuaba la negociación y se mantenía la tensión.
Tanto, que al final los trabajadores han logrado de las empresas un preacuerdo para que no se produzcan los despidos anunciados, más de mil. Eso sí, “a cambio”, tendrán que asumir los 350 ya producidos antes de esta movilización, y aceptar una congelación salarial hasta 2017, como “concesión” por no tragar con la reducción inmediata que proponía, solo unas horas antes, la patronal.
El preacuerdo implica, pues, una congelación salarial durante cinco años (toda la vigencia del convenio de 2013 hasta el 2017) y la amortización de puestos vacantes, pero también el pago a los trabajadores de los complementos productivos que quedaron atrasados del convenio anterior.
Así, los sindicatos creen este mismo sábado podrá cuajar una propuesta en firme que no implique despidos y un preacuerdo que llevar a la asamblea de trabajadores, que previsiblemente hará que la huelga indefinida quede desconvocada. Estiman que los trabajadores podrían empezar a trabajar con normalidad hoy sábado por la noche.
En estos términos, las empresas que gestionan el servicio de limpieza viaria en Madrid y los sindicatos avanzan hacia un convenio colectivo que solo unas horas antes parecía imposible de alcanzar.
Un pacto que desbloquea la tensa situación generada por el Ayuntamiento del PP en las últimas horas, y que configura una vía de solución al conflicto de la huelga indefinida en la limpieza viaria de la ciudad.
NEGOCIACIÓN TENSA, PERO FRUCTÍFERA
Lo cierto es que la que aparentaba ser una larga y conflictiva madrugada, ha devenido una primera victoria sin paliativos de los trabajadores de las contratas de servicios públicos, que han luchado por sus derechos y su dignidad laboral ante un desafío sin precedentes por parte de una administración pública.
Lo cierto es que la que aparentaba ser una larga y conflictiva madrugada, ha devenido una primera victoria sin paliativos de los trabajadores de las contratas de servicios públicos, que han luchado por sus derechos y su dignidad laboral ante un desafío sin precedentes por parte de una administración pública.
Conviene recordar que la alcaldesa popular de Madrid, Ana Botella, había ordenado -tirando de dinero público y través de la ETT Ramstad- la contratación de trabajadores que suplieran a los huelguistas, algo taxativamente prohibido por el Estatuto de los Trabajadores y la propia Constitución (al fin y al cabo, los únicos referentes legislativos en ausencia de una ley de huelga en nuestro país). Una orden contraria a derecho soportada, además, por una insultante oferta a los ‘esquiroles’ de un salario superior al que se niega a los trabajadores en lucha (85 euros diarios), y la amenaza de una abrumadora presencia policial.
De hecho, una torpe decisión que hizo mecha ayer en buena parte de la ciudadanía, como reflejaron las redes sociales -Twitter y Facebook, principalmente- que recibió como una afrenta la nueva salida de tono de la alcaldesa, y que aventuraba un abrupto fin de la negociación (a las cuatro de la madrugada) en el que los trabajadores madrileños de la limpieza no estuvieran solos en las calles de la capital frente a los esquiroles y la Policía, sino acompañados de quienes, aún sufriendo las consecuencias de la no recogida de basuras, entienden, comparten y apoyan los motivos de la huelga.
En resumen, una bravuconada fallida de Ana Botella que, al final, jugó a favor de los barrenderos de Madrid, quienes siguen negociando los detalles de sus relaciones laborales, si bien a esta hora lo hacen de tú a tú, y sin la amenaza de despidos colectivos o drásticas reducciones salariales.
Parece que, una vez más, la lucha obrera resulta no ser una entelequia o, mucho menos, un recuerdo. Que tomen nota.
Parece que, una vez más, la lucha obrera resulta no ser una entelequia o, mucho menos, un recuerdo. Que tomen nota.
Leído en: diarioprogresista.es
Fuente: la verdad nos hara libres
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