Ana Cuevas
Se han cumplido dos años desde que el PP o el Partido de los Trabajadores- como algunos de sus miembros proclamaron en campaña a los cuatro vientos- consiguió la mayoría absoluta para gobernar este país llamado España. En veinticuatro meses, los flamantes vencedores están logrando retrotraernos vertiginosamente hacia (cito textualmente al insigne demócrata Mayor Oreja) aquella época de "extraordinaria placidez" de la dictadura. Esos inolvidables y larguísimos años, aunque se les escatime la memoria histórica, durante los cuales "Paca la culona" y sus alegres secuaces no consentían que ningún pelanas reclamara justicia o libertad sin recibir un ejemplar escarmiento.
Solo tienen que emplear la vieja receta de los abuelitos fascistones: Represión y mano dura. Al General no le fue mal con el sistema. Es verdad que se le iba un poco la mano, sobre todo firmando sentencias de muerte. Pero, ¡oye! ¡Dónde va a parar la paz social que reinaba en esos tiempos! La gente se dejaba explotar y robar libertades de mil amores. Nada de organizar quince-emes, plataformas ciudadanas o huelgas de basura. Y si alguno se ponía cabezón, ¡leña al rojo, que es un traidor a la patria!
El recorte de derechos elementales que supone este proyecto de ley del gobierno es una cuchillada contra nuestra debilitada democracia que bien podría ser mortal. Un golpe de estado en diferido, como tanto les gusta llamar a las cosas a esta gente, que necesita de una maquinaria represora perfectamente engrasada para no fracasar. Pero que nadie olvide que la mayoría absoluta de la que gozan, la que les legitimiza para cercenar nuestros derechos, no la ganaron en un asalto a tiro limpio en el Congreso. Lo hicieron en las urnas y con la complicidad de millones de españoles que ahora también se sienten sus rehenes. Pues eso, que no se olvide.
Fuente: diario del aire
Enviado por Ale Xias
No hay comentarios:
Publicar un comentario