Inés García Holgado, Darío Rivas y Adriana Fernández, primeros querellantes. SILVINA DI CAUDO
BUENOS AIRES // Varios de los querellantes por los crímenes del franquismo han declarado esta semana ante la jueza María Romilda Servini de Cubría, que investiga los crímenes de lesa humanidad y el robo de bebés en España durante el período comprendido entre los años 1936 y 1977. La llegada de estos querellantes y víctimas de la represión franquista coincide con la reciente autorización del Gobierno de Mariano Rajoy de extraditar a dos de los cuatro torturadores contra los cuales la magistrada argentina dictó orden de detención vía Interpol y a efectos de indagatoria el 18 de septiembre del corriente año.
Durante la tarde del sábado pasado, la Plataforma Argentina de apoyo a la querella contra los crímenes del franquismo recibió a la delegación española en la sede de la Federación de Asociaciones Gallegas de la República Argentina en Buenos Aires. Allí estuvieron presentes los tres primeros querellantes: Darío Rivas Cando, Inés García Holgado y Adriana Fernández.
En estos momentos, la causa abierta en Argentina contra el franquismo es la única en el mundo. Por eso se han movilizado miles de kilómetros para ser escuchados. Algunos llegaron el viernes, otros el mismo sábado, pero el cansancio de doce horas de viaje no fue impedimento para el encuentro. El recibimiento de la delegación española por los integrantes de la Plataforma Argentina fue cálido y emotivo y hubo tiempo para las presentaciones individuales, en las cuales cada uno sintetizó su historia y sus esperanzas.
Entre los visitantes llegados a Buenos Aires se encuentran José María Galante Serrano, José Ibargutxi y Soledad Luque Delgado, quienes ya habían estado en Argentina a fines de agosto, participando en esos días de la creación de la Plataforma Argentina de apoyo a la querella. En ese acto, representantes de organismos de derechos humanos, asociaciones de profesionales, organizaciones políticas, estudiantiles, gremios culturales y ciudadanos en general, en base al “principio de jurisdicción universal”, se comprometieron a “apoyar la difusión de los objetivos de la querella y a respaldar las actividades que se realicen con ese fin, y para seguir aunando voluntades con un criterio amplio, plural y democrático que congregue las diversidades de pensamiento y acción”.
Una tupida delegación
Esta vez, la delegación española contó también con la presencia de los querellantes Andoni Txasko Díaz, Ángela Fernández Carballeda, Ascensión Mendieta Ibarra y su hija Ascensión Vargas Mendieta, Elsa Osaba Bailo, Felipe Izagirre Esnal, Felipe Moreno, Jon Arrizabalaga, José Luis Galán Corrochano, María Antonia Oliver París, María Josefa Zorroza Gezuraga, Merçona Puig Antich, Pablo Mayoral y Paqui Maqueda Fernández. Y los viajeros no querellantes Ana Mesutti (abogada), Eduardo Ranz, Hugo Fernández, Manuela Bergerot Uncal, María Arcenegui Siemens, María Luisa Chamorro Díaz Guijarro y Peter de Echave.
Durante estos días, y a la espera del cumplimiento de la orden de extradición que dictó Servini de Cubría, no sólo declararon en el juzgado, sino que también participaron de muchas actividades (visitas a lugares emblemáticos de memoria histórica, charlas, entrevistas, debates y encuentros con diferentes organismos de derechos humanos).
Algunos de ellos fueron invitados especialmente a contar sus historias, como por ejemplo el ex sacerdote franciscano Felipe Izaguirre Esnal, representante del grupo “los curas de la cárcel de Zamora”, quien se reunió con miembros del Movimiento Ecuménico de Derechos Humanos de Buenos Aires y relató sus años de lucha, cárcel y tortura por hablar de justicia social y denunciar los maltratos policiales al pueblo.
El martes por la noche, las dramaturgas españolas Susana Hornos y Zaida Rico, acompañadas por otras actrices, ofrecieron una función especial de la obra Granos de uva en el paladar, homenaje teatral a 80 años de lucha. En esta oportunidad participaron y acompañaron diferentes organismos de derechos humanos, personajes de la cultura y medios de comunicación.
Al finalizar la función y rodeada de gran cantidad de personas emocionadas, Ana Messuti, integrante del equipo de abogados que impulsa la querella argentina por los crímenes del franquismo subió al escenario y se dirigió al público presente explicando los avances de la causa.
Homenaje a las Brigadas Internacionales
Unos días después, tras la tradicional ronda de los jueves de las Madres de Plaza de Mayo, símbolo de lucha por conservar siempre viva la memoria, llegó uno de los momentos más emotivos de la visita. La Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina contra los crímenes del franquismo realizó un “Homenaje de los Pueblos del Estado Español a los Hombres y Mujeres de las Brigadas Internacionales que partieron de Argentina a combatir en territorio español en defensa de la Paz, la Democracia y la Emancipación. Hijos de lo mejor de lo Humano”.
Este homenaje consistió en la inauguración de una placa en la puerta del Bar Iberia, antiguo reducto republicano en plena Avenida de Mayo, la más española de la ciudad de Buenos Aires. El “Chato” Galante, integrante de una asociación de presos del franquismo, fue el encargado de dirigir la palabra a los presentes. Galante se refirió al momento en que se produjo el golpe de estado militar contra la República Española democráticamente constituida, “momento en el que el mundo asombrado vio como las democracias occidentales miraban para otro lado mientras el fascismo apoyaba material, política y militarmente a los sublevados”.
De manera firme y mirando a los presentes reconoció que “no todo el mundo se quedó en ese asunto, sino que hubo gente que pasó del asombro a la indignación y de la indignación a la acción. Fue esa gente lo mejor de su generación, la que fue a España a pelear por libertad y democracia porque entendió que esa pelea era también la pelea por un mundo más libre, más justo y mejor, sueño que ellos llevaban en su corazón”.
Chato agradeció al pueblo argentino haber permitido hoy dar esa pelea contra la impunidad del franquismo y destacó la importancia de rendir homenaje a los argentinos que estuvieron en las Brigadas Internacionales, “algo que en nuestro país no nos dejan y aquí es un ejercicio extraordinario por los derechos humanos y la recuperación de la memoria”.
Para finalizar sus palabras, propuso que “así como los presos con tenacidad utilizaban cucharas para cavar metros de tierra que les permitiera recuperar la libertad, hay que volver a agarrar las cucharas de uno y del otro lado del océano para cavar metros y metros contra la impunidad del franquismo”.
Aplausos, puños en alto y cantos de la época de la Guerra Civil cerraron el homenaje, junto a otros cantos reclamando justicia como el argentinísimo “Olé olé, olé olá, como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar”. Los integrantes de la delegación española dejaron claro que, a pesar de tener distintos criterios y diferentes inclinaciones políticas, los une la misma esperanza, lograr la verdad, la justicia y la reparación que su propio país les niega.
Fuente: la marea
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