Cosidó hizo a los comisarios una oferta que no podían rechazar. En vez de echarlos, les pidió que escogiesen un nuevo puesto para camuflar su destitución como un cambio de destino a petición propia. Cosidó quería amortiguar el escándalo. Losada era ya el segundo comisario general de la Policía Judicial nombrado por el Gobierno de Rajoy; al primero lo echaron a los seis meses por investigar el ático en Marbella del presidente de Madrid, Ignacio González. Cosidó buscaba una salida pactada, pero los comisarios se negaron: el Gobierno los podía destituir, pero ellos no se iban a marchar.
La suerte estaba echada cuando una carambola salvó a los dos comisarios. Fue el 15 de julio, con la publicación de los SMS entre Bárcenas y Rajoy. El presidente se defendió argumentando que «la mejor prueba» de que no había cedido al «chantaje» era «que los fiscales, el juez, los policías son los mismos que llevaban el caso» cuando ganó las elecciones. La excusa del presidente blindó a los mandos policiales, al menos por unos meses. Losada ha caído este jueves. Vázquez será destituido en los próximos días.
En el puesto de Losada, Cosidó ha nombrado a un hombre de su total confianza: José Santiago Sánchez Aparicio. Hasta ahora era el comisario jefe de formación y el Sindicato Unificado de Policía (SUP) lo define como «el peor jefe de formación desde la segunda República». El SUP, en sus boletines internos, recuerda que en el 2005 Sánchez Aparicio fue destituido como comisario de la Unidad de Documentación (era el responsable de desarrollar el DNI digital), acusado de dar información de 25.000 DNI a una empresa privada. Sánchez Aparicio fue imputado y más tarde absuelto: el caso llegó a un juzgado y un año después se archivó.
Leído en: elperiodico.com
Fuente: la verdad nos hara libres
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