Cuando el cerrajero abrió el inmueble e ingresó la Comisión Judicial el hombre estaba muerto, se había suicidado. ¿Hasta cuando permaneceremos impasibles ante estos verdaderos asesinatos producto de las políticas genocidas de un Estado que solo avanza en la destrucción de la vida humana?
A qué esperamos? ¿Cuántos muertos más necesitamos para decir BASTA?
El autor de la noticia es E. F. V. de Badajoz, la reproducimos a continuación:
Un hombre de 54 años de edad que vivía de alquiler en un piso de la calle Santo Domingo fue hallado muerto ayer por la mañana en el interior de su domicilio. El cuerpo sin vida fue encontrado a primera hora de la mañana por la comisión judicial encargada de ejecutar el desahucio decretado por un juzgado de la capital.
Vecinos de esta calle han explicado que los funcionarios llegaron a las nueve de la mañana y llamaron al timbre, pero nadie les abrió, por lo que requirieron los servicios de un cerrajero para acceder al interio de la vivienda.
La comisión judicial entró en el piso poco antes de las diez y se encontró el cuerpo sin vida de Manuel C. J., quien no presentaba signos de violencia, según ha confirmado el Cuerpo Nacional de Policía. Como posible causa de su muerte se baraja la posibilidad de que hubiese ingerido alguna sustancia que le hubiese provocado la muerte, una hipótesis que deberá ser analizada en la autopsia que se le realizará.
Ildefonso Cabezudo, propietario de una perfumería ubicada justo al lado del bloque en que residía el fallecido, reconocía que la noticia causó un enorme pesar en el vecindario. «Es una persona a la que conocíamos todos, llevaba tres o cuatro años residiendo en la calle y su trato era muy correcto».
Francisco Figueroa, que trabaja como aparcacoches de Adeba en el solar que hay frente al piso, también se mostró afectado. «Nosotros lo apreciábamos, incluso vino a declarar a nuestro favor cuando un compañero fue agredido».
Problemas económicos
Varios vecinos de la calle Santo Domingo han reconocido que Manuel C. J. atravesaba problemas económicos serios y que adeudaba varias mensualidades en el alquiler de su piso. Según relataron, el martes por la noche se acercaron varios amigos a su domicilio con una furgoneta para ayudarle a sacar los muebles, pero no llegaron a realizar la mudanza porque les comentó que aún no había firmado el nuevo contrato. «Lo que nunca esperábamos es que le ocurriese esto».
Estas mismas fuentes añadieron que no estaba trabajando, aunque recibía una paga por enfermedad. «Yo sé que le han ayudado mucho sus hermanos y también algunos vecinos. Realmente lo estaba pasando mal».
Fuente: kaos en la red
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