Juan Torres analiza el Tratado Libre Comercio que se está negociando en secreto entre Estados Unidos y la Unión Europea. Las conclusiones son que las consecuencias de este acuerdo serían terribles para la población europea. Ni es probable que revitalice la economía, ni mejorará la vida de los europeos. ¿Quién gana, entonces, con esta firma?
El TTIP no es sólo comercio. Como dice el profesor canadiense David Schneiderman, esto es un “Nuevo Constitucionalismo”, que garantiza derechos a los inversores por encima de los derechos de los ciudadanos.
Y aquí hay que hacer referencia a la modificación del artículo 135 de la Constitución española, que da prioridad al pago de la deuda sobre el bienestar de los ciudadanos, aprobado por PP y PSOE sin hacer la pertinente consulta ciudadana ante una enmienda constitucional, y que fue el paso previo a esta demolición de la soberanía nacional, un auténtico golpe de estado de la Élite contra los ciudadanos.
El TTIP no es sólo comercio. Como dice el profesor canadiense David Schneiderman, esto es un “Nuevo Constitucionalismo”, que garantiza derechos a los inversores por encima de los derechos de los ciudadanos.
Y aquí hay que hacer referencia a la modificación del artículo 135 de la Constitución española, que da prioridad al pago de la deuda sobre el bienestar de los ciudadanos, aprobado por PP y PSOE sin hacer la pertinente consulta ciudadana ante una enmienda constitucional, y que fue el paso previo a esta demolición de la soberanía nacional, un auténtico golpe de estado de la Élite contra los ciudadanos.
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