Viviendo una vida de ilusiones vanas, cerré las puertas de la verdad tras un muro de indolencias.
Viviendo una vida de mentiras aceptadas, permití la proliferación de artimañas que dibujaron el espejismo del camino.
Haciendo gestos absurdos para no mirar, no ver y no sentir, aquello que se agitaba en mi alma revuelta de gritos apagados.
Viviendo una vida acomodada, blindé mis títulos a favor de la corriente desenfrenada.
Disimulé mi propia sombra persiguiendo estados de ilusa iluminación.
Mientras desatendía la parte más grande de mi mundo expandido.
Mientras me desmarcaba de responsabilidades olvidadas…
Mías.
Todas mías.
La tierra que me acogió seguía esperando
La tierra de mis entrañas
Mía, toda mía.
Texto de José Vaso
No hay comentarios:
Publicar un comentario