“El objetivo completo de la práctica política es mantener a la población alarmada (y así conseguir que clame por ser salvada)” proclamó -maquiavélicamente- en su día H. L. Menken.
En ello, por desgracia, seguimos, merced a atentados como el sucedido en París hace una semana y que, como suele ocurrir, responde al clásico esquema PROBLEMA-REACCIÓN-SOLUCIÓN, por el cual los mismos ciudadanos acaban pidiendo a las autoridades mayor control de la población, recorte de libertades civiles y una neurótica renuncia a los derechos ciudadanos a cambio de una seguridad que ha quedado sobradamente demostrado que nadie puede garantizar. Francia ya ha sucumbido a la histeria anti-terrorista con la aprobación de la ley marcial durante los próximos tres meses. Y prorrogable. El Nuevo Orden Mundial ya está operativo al otro lado de los Pirineos. ¿Cuánto tardará en imponérsenos en España? Ya sea mediante la realización de atentados en suelo patrio o por el inevitable efecto contagio, es de esperar que poco. Y lo que este estado de cosas supone es (copio la síntesis que presenta el blog hermanoAnticapitalismo):
1-Se podrán realizar registros en domicilios privados sin orden judicial, tanto de día como en plena noche.
2-Se podrá prohibir la circulación de vehículos y de personas en determinadas áreas.
3-Algunas zonas podrán estar sujetas a controles militares.
4-Se podrá revocar el permiso de residencia en Francia a todos aquellas personas que se considere que obstaculizan la actividad de las autoridades.
5-Será posible expulsar del país y retirar la nacionalidad francesa a los ciudadanos con doble pasaporte que se considere que son peligrosos para la seguridad y el orden público.
6-Se podrá ordenar el arresto domiciliario de quienes se considere que entrañan una amenaza pública.
7-El Ministerio del Interior podrá ordenar el cierre de teatro, cines y otros locales. Las reuniones públicas podrán declararse ilegales.
8-Se podrán llevar a cabo controles sobre la prensa y los medios de comunicación y bloquear páginas web.
El mundo anunciado por Orwell se nos viene encima.
El oportunista partido Ciudadanos, capitaneado por ese peón de la Banca que es el insufrible Albert Rivera, es el obvio ariete del recorte de libertades, con su propuesta de "actualizar el marco jurídico" para luchar contra el yihadismo, un eufemismo que lo que encubre es la posibilidad de declarar el estado de excepción previsto por la Constitución para momentos de grave crisis, y que faculta al Estado para suspender derechos y libertades.
Al ejecutivo de la Caixa que logró lo que no logró la "operación Roca" en su día -saltar de la política catalana a la nacional con éxito- se le está viendo el plumero. La represora "Ley mordaza" de sus padrinos de FAES se le queda corta. Lo suyo ya no es cumplir con la tarea, encomendada por la oligarquía financiera, de impedir la independencia catalana. Ya es el "chico para todo" de la Élite, eso sí, muy pulcro, muy simpático y muy socialdemócrata.
Y su camarilla le secunda: Juan Carlos Girauta, eurodiputado y dirigente del partido, ha declarado que “Estamos ante una nueva forma de violencia que utiliza las redes sociales para reclutar, difundir doctrina u organizar atentados. Este nuevo paradigma exige una puesta al día de los elementos que tenemos en nuestras manos y esa reflexión se debe hacer”, soberana chorrada que proyecta sobre la red de redes la sospecha de ser un instrumento útil para los terroristas cuando se ha dado a conocer que quienes atentaron en París no se sirvieron de redes sociales, sino de chats de juegos de ordenador para trazar sus planes.
Si nos dejamos llevar por el terror, acabaremos cediendo nuestra libertad a cambio de nada, puesto que la seguridad en un mundo de fronteras tan permeables como el nuestro es, sencillamente, imposible.
¿Nadie se da cuenta del engaño orquestado por quienes están detrás de estos atentados?
(posesodegerasa)
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